No lo decía. Pero Toni Abadía se veía en el podio de los 5.000 metros lisos, una de las pruebas reinas de los Campeonatos de Europa. No había doblado distancia y llegaba a la gran cita motivado y fresco. Pero al final llegó el batacazo. Fue un naufragio para el equipo español del que se salvó Chiqui Pérez. Abadía acabó en el puesto 13º con 13.34.25, mientras que Pérez fue el 16º con 13.37.07. A Adel Mechaal no le iban las piernas y decidió retirarse antes del kilómetro cuatro.

El estadio estaba lleno y el ambiente era espectacular para ver una de las pruebas reinas de los campeonatos. Hasta el kilómetro tres Abadía corrió de forma inmejorable. En una carrera tirada por el francés Carvallo en los dos primeros miles Abadía era segundo, mientras en la parte central del grupo se colocaban Pérez, Mechaal y los hermanos Ingebrigtsen. Al francés le recogió el testigo el alemán Orth, mientras que Abadía iba perfectamente colocado en la segunda posición.

Se llegó al tercer mil en un exigente ritmo de 8.04.91. Fue entonces cuando se desencadenaron los acontecimientos. Chiqui Pérez se descolgó, Mechaal se retiró y Toni Abadía pasó de repente del segundo puesto a ser cola de un grupo de 15 corredores.

A falta de 800 metros Abadía perdía toda la opción de llevarse las medallas. Fue entonces cuando se puso a tirar el gran prodigio de estos campeonatos. Es Jakob Ingebrigtsen, que con 17 años maravilló al estadio olímpico por su desparpajo y su calidad. El noruego ya había ganado 24 horas antes el 1.500 y firmó un doblete impresionante junto a su hermano Henrik. Jakob acabó en 13.17.06, nuevo récord de Europa sub-20.

Abadía terminó decepcionado. No se explicaba lo que le podía haber pasado. «Esperaba mucho más. Estaba entrenando muy bien y las sensaciones eran francamente buenas. Pero reconozco mi mala carrera. Hay que seguir trabajando». Tras la prueba el atleta zaragozano se sinceró. «Es una lección importante para aprender. Pido perdón a toda la gente que ha confiado en mí porque me sentido muy arropado en la previa a la competición, como después del Nacional. Ser campeón de España y verme en la posición de hoy duele mucho. He cometido errores, el factor psicológico es muy importante y me tenía que haber centrado en mi carrera. Peco de juvenil teniendo 28 años. Llevamos desde el martes en Berlín y seis días fuera de casa se hacen difíciles. Pero todo ha sido más un tema psicológico que físico», reconocía Abadía.