Los Grand Slams no son escenarios para tener dudas. Lo sabe Rafael Nadal y lo saben todos aquellos que han ganado alguno o aspiran a ganarlo. Hay que llegar con la raqueta afinada como un violín y preparados mental y físicamente, con las mejores sensaciones para afrontar una batalla de 15 días y siete partidos hasta conquistar el título. Ayer fue evidente quiénes están más en forma. Lo demostró Nadal, que aspira a su décimo título, lo anunció Dominic Thiem, que se deshizo con contundencia del campeón del año pasado Novak Djokovic, y se apuntaron a la exclusiva lista de candidatos Stan Wawrinka y Andy Murray.

Nadal fue el primero en conseguirlo, sin oposición, tras la retirada de Pablo Carreño por una lesión de abdominales cuando ya dominaba por 6-2, 2-0 y 15-0. El partido no tuvo historia. Desde el primer punto, hasta que Carreño le anunció que lo dejaba «por un tirón», apenas pasaron 51 minutos. Pero, en ese tiempo, ya se vio que Nadal no iba a dar opciones a un rival que se estrenaba en los cuartos y que había salido a la Phlippe Chatrier «a disfrutar».

El nueve veces campeón marcó la línea e impuso un ritmo frenético que Carreño intentó seguir con un juego valiente. Nadal le rompió el saque en las seis ocasiones que lo tuvo y, aunque el asturiano logró hacerle dos breaks (2-1 y 5-2), pagó el esfuerzo con su abdominal. «Intentar ganar a Rafa sin poder sacar y estando más pendiente de la lesión que de hacer lo que tenía que hacer es imposible», dijo Carreño.

Nadal se convierte en el primer tenista que alcanza diez semifinales en Roland Garros desde la era Open (1968) y lo consigue habiendo perdido solo 21 juegos, cuatro menos que en el 2008, hasta ahora su mejor año en París. El mallorquín sumó ayer la victoria 77ª en el torneo que ganó por primera vez en el 2005 y donde este año busca el décimo título.

«La realidad es que no me puedo quejar de nada. Soy consciente de que he jugado bien todo el torneo y es fantástico que hablen bien de mí, pero sirve de poco si no respondo en la pista. Los récords no me interesan. Esto no son matemáticas y mi trabajo es jugar al tenis», dijo Nadal.

La confianza de Nadal contrastaba con el momento de crisis que atraviesa Djokovic. Se confirmó ante Thiem. El tenista austriaco se impuso por 7-6 (7-5), 6-3 y 6-0. «Sabe mal perder así. Es una realidad que no estoy jugando cerca de mi mejor nivel y lo sé. No esperaba jugar tan mal, no lo imaginaba», apuntó el serbio tras perder su corona ante un Thiem que le ganó por primera vez tras cinco partidos y después de recibir una paliza en Roma (6-1, 6-0).

París no verá una nueva batalla entre Djokovic y Nadal, aunque dada la baja forma del exnúmero 1 mundial, la semifinal ante Thiem aunque quizá no tenga tanto glamur, seguramente, será más dura. El mallorquín conoce muy bien al tenista austriaco al que derrotó en las finales de Barcelona y Madrid, aunque no le pudo ganar en Roma. «Está llamado a ganar Roland Garros, aunque espero que no sea este año», comentó Nadal, mientras Thiem, número 7 mundial, reconocía que se enfrentará «al rival más dificil de todos».

En la otra semifinal Stan Wawrinka, campeón del 2015, repetirá la semifinal del año pasado ante Andy Murray, después de deshacerse de Marin Cilic por 6-3, 6-1 y 6-1. El escocés, por su parte, eliminó a Kei Nishikori por 2-6, 6-1, 7-6 (7-0) y 6-1. A Nadal aún le queda trabajo. En categoría femenina, Simona Halep se medirá a Karolina Pliskova (número 3), mientras que en la otra semifinal la disputarán la suiza Timea Bacsinszky (28) y la letona Jalena Ostapenko (20).