Deco siguió los pasos obligados en cualquier desembarco. Revisión médica para empezar, luego rueda de presentación ante la prensa y como colofón pose para los fotógrafos con la camiseta del Barcelona. El 20 . Ese será el número con el que el portugués de pasaporte y cuna brasileña intentará brillar con la misma intensidad que lo ha hecho este año con el Oporto, campeón de la Champions, y con Portugal, subcampeona de la Eurocopa. Como arma para igualar estos méritos presenta la ilusión. "Estoy muy halagado por los dirigentes del Barcelona, que han hecho un esfuerzo para lograr mi fichaje", declaró el jugador, ayer, en su presentación.

Deco compartirá galones en la creación con otro brasileño. Ronaldinho, la efigie dorada del Bar§a de Laporta, será su compañero. Todo un obsequio para Deco. "Prefiero tener a Ronaldinho en mi equipo, en lugar de en contra", bromeó Deco. Tener como vecino a la estrella brasileña es uno de los regalos por los que el jugador se ha prendado para recalar en Can Bar§a. "Siempre he querido venir al Barcelona, porque es un club que me gusta mucho. Todo lo que envuelve al Bar§a es grande y hace que tengas ganas de venir a un club como éste", insistió el nuevo cerebro azulgrana.

HERENCIA PORTUGUESA Deco engorda la herencia portuguesa que en la última década ha desfilado, no siempre con éxito por el Nou Camp. Figo abrió una senda que luego anduvieron Fernando Couto, Vitor Baia, Simao Sabrosa y Quaresma. Las referencias que han llegado a los oídos de Deco desde sus compatriotas son positivas. "Todos los jugadores portugueses me han hablado bien del Bar§a. Vitor Baia o Simao me han dicho que han estado muy bien aquí", recalcó Deco, que agradeció el apoyo que le han dado el vicepresidente barcelonista Sandro Rossell y su representante, Jorge Mendes.