Después de diez días en Barcelona, Ousmane Dembélé ha descubierto lo que es Barça. Había tenido una primera aproximación en el acto de su presentación, el 28 de agosto: descubrió el vestuario local, observó las entrañas del Camp Nou, conoció al presidente y los principales ejecutivos y poco después se acercó a Sant Joan Despí, trabajó con Ernesto Valverde y saludó a algunos, pocos, compañeros.

El Barça real se acerca más a lo que vio este jueves. Sobre el césped del campo vio comparecer a Leo Messi y Andrés Iniesta y casi todos los internacionales de la plantilla que había sido convocados para la doble jornada de selecciones mientras él, Dembélé, realizaba un cierta pretemporada particular para ponerse a tono. El pulso que planteó al Borussia Dortmund le tuvo una semana larga sin entrenar.

LISTO PARA EL DEBUT

El delantero francés necesita estar listo para el debut. Inmediatamente, sin dilaciones, siendo como es el fichaje más caro de la historia. Y porque asoma el Espanyol para brindar un derbi de "pierna fuerte", en palabras del blanquiazul Víctor Sánchez. Es el primer partido de los siete que disputará el Barça en 23 días. El segundo será frente a la Juventus.

En ninguno de los dos estará Arda Turan, que regresó con una elongación en el bíceps femoral izquierdo o tras jugar con Turquía. Sí podrá estar Luis Suárez, recuperado ya tras reaparecer con Uruguay en las dos citas mundialistas. La mayor duda de Valverde será la alineación de Ivan Rakitic, que no pudo participar en el segundo encuentro de Croacia por molestias.

Valverde saluda a Iniesta en su reincorporación a los entrenamientos del Barça tras el parón de selecciones. / MIGUEL RUIZ

Dembélé tambien descubrió lo volcánico que es el Barça si echó un vistazo a los periódicos. O le preguntó a Umtiti para saber qué pasaba con Iniesta, quien había desmentido con un escueto y simple "no" el principio de acuerdo insinuado el día anterior Josep Maria Bartomeu para renovar. El contrato del capitán es el único que vence el próximo verano. También el de Messi, que se da por firmado ni que sea virtualmente. Bartomeu buscó una reunión con Iniesta para limar asperezas después de que se evidenciara una distancia entre el club y el capitán que el presidente creía ya solucionada.