La localidad zaragozana de Mequinenza ha instalado en los diferentes centros deportivos del municipio tres desfibriladores automáticos externos para ser utilizados por personal no sanitario en caso de parada cardiaca. La corporación municipal, que contaba con los aparatos desde hace más de un año, se ha decidido por su instalación tras completar un curso de formación en el que han participado miembros de Protección Civil, del equipo de fútbol del pueblo y técnicos municipales.

Con un desembolso que ronda los 6.000 euros, el ayuntamiento ha instalado los desfibriladores en los tres recintos deportivos donde habitualmente se desarrollan actividades. Así, el campo municipal, donde juega el equipo de fútbol, el pabellón polideportivo y el gimnasio cuentan ya con los aparatos para ser utilizados en caso de urgencia. Para Magdalena Godia, alcaldesa del municipio, "la idea es ampliar este servicio a otras instalaciones, por ejemplo a las piscinas municipales para verano".

Sobre el manejo de los aparatos, la alcaldesa confirma la facilidad con la que pueden ser utilizados por cualquier persona, aunque considera que "es preferible que quien utilice el aparato tenga un mínimo de conocimiento, de ahí el curso de formación que hemos desarrollado durante esta semana".

Para el concejal de Bienestar Social, Javier Rodes, "lo mejor sería no tener que utilizarlos pero tenemos que estar preparados, sobre todo si se tiene en cuenta lo importante que es actuar con rapidez en caso de paro cardiaco". Y es que la localidad ya vivió una mala experiencia con un joven que falleció a causa de un ataque al corazón. "Lo que ocurrió nos hizo replanternos su instalación. No tiene nada que ver con los últimos casos ocurridos en el fútbol aragonés", afirma la alcadesa de Mequinenza.

LOS ÚLTIMOS CASOS Durante las dos últimas semanas Aragón ha sufrido sendos sucesos que han conmocionado al deporte y que han hecho replantear el uso de los desfibriladores. Primero era Raúl Alcaide, jugador del San Andrés de Primera Regional, quien fallecía en el campo de Ranilla a causa de una muerte súbita, y la pasada semana era el portero juvenil del Stadium Venecia, Diego Ruales, quien sufría una parada cardiorrespiratoria de la que finalmente se recuperó. Estos casos engrosan una amplia lista que la implantación masiva de desfibriladores pretende reducir.