Los grandes líderes del deporte mundial han secundado las protestas contra el racismo a raíz de la muerte de George Floyd bajo la rodilla de un policía en Minneapolis. La claridad de las imágenes, la absoluta ausencia de cualquier interpretación disculpatoria del suceso, ha originado un alud de manifestaciones de repulsa. Algunas estrellas, como Lewis Hamilton, no han dudado en criticar incluso la inacción de su propio entorno.

"Veo a aquellos que permanecéis en silencio en medio de la injusticia. No hay una señal de nadie en mi industria que, por supuesto, es un deporte dominado por los blancos", escribió el domingo Lewis Hamilton en su perfil de Instagram. "Soy una de las únicas personas de color que está allí, pero estoy solo", lamentó Hamilton el domingo.

Su sentida denuncia consiguió su propósito. Varios de sus colegas de la Fórmula 1 reaccionaron después de que Hamilton aclarara que solo apoyaba las protestas pacíficas, mostrándose contrario a la ola de violencia consumada en saqueos e incendios. Hamilton, nacido en Stevenage (Inglaterra) y de raza negra, exigía a los políticos "cambien la forma en que se tratan a las minorías".

Retroceder en el tiempo

Carlos Sainz fue uno de ellos, declarándose convencido de que "la diversidad" empuja a la sociedad "hacia adelante". "Los problemas a los que nos enfrentamos hoy en día en 2020 nos hacen pensar que hemos retrocedido en el tiempo sin importar el sufrimiento y las lágrimas de nuestros antepasados. Todos tenemos la misma sangre...", fue a reflexión del piloto madrileño.

Tan ofendido como Hamilton estaba otro hexacampeón. Pero de la NBA: Michael Jordan, poseedor de seis anillos.

"Estoy triste, dolorido y lleno de furia. Veo y siento todo el coraje y frustración de la gente. Me uno a todos aquellos que están denunciando el racismo y la violencia hacia las personas de color en este país", aseguró Jordan, antes de subrayar, como hamilton, el rechazo a la violencia que se produjo en numerosas ciudades estadounidenses.

La NBA emitió un duro comunicado, en correspondencia con la enorme cantidad de jugadores de color que pueblan la liga. La patronal expresó su "indignación" con el luctuoso suceso de Minneapolis, una prueba de que todavía "hay heridas" en el país y que "nunca se han curado".

"El racismo, la brutalidad policial y la injusticia racial siguen siendo parte de la vida cotidiana en Estados Unidos y no pueden ser ignorados. Al mismo tiempo, aquellos que sirven y protegen a nuestras comunidades honorable y heroicamente, de nuevo tienen que responder por aquellos que no lo hacen, escribió el presidente Adam Silver a los trabajadores de la liga.

Virus más mortal

El dirigente admitió que muchos blancos, como él mismo, "tal vez nunca conozcan el dolor y el miedo" que las personas de raza negra "experimentan todos los días". Sobre el racismo "institucional" escribió en Los Angeles Times el exjugador Kareem Abdul-Jabbar, observando que los afroamericanos están "al límite". "El virus del racismo que infecta al país es más mortal que el covid-19", opinaba.

El expívot, de 73 años, reflexionó que la actitud policial en el vídeo representa "la banalidad del mal" e insinuaba sobre si ese episodio "ha abierto la temporada de caza de negros" .