Quería ambición Fisac. Les pedía hambre a sus jugadores. Que no se relajaran, que no pensaran que estaba todo hecho. Que dieran un paso al frente. Y sus jugadores le respondieron con el mejor partido posible en el mejor momento posible (81-91). Arrollando al Baskonia en el Buesa Arena, atropellando a un equipo de Euroliga, dejando noqueados y desconcertados a un puñado de jugadores que se cuentan entre los mejores de Europa. Pero nada es imposible para el Tecnyconta, nadie tiene más fe, nadie quiere más, nadie pone más ganas. Así se escribe una página histórica para el club, con un triunfo de autoridad en el primer partido de la serie de cuartos de final del playoff. Así se recupera el factor cancha en una eliminatoria. Ahora el equipo aragonés puede rematar la faena en casa, el domingo a las 12.30 horas.

El Tecnyconta tiene derecho a soñar, claro que sí, qué razón tenía Abós. Y a disfrutar, y a festejar. Como lo hicieron las decenas de aficionados que acuieron ayer a Vitoria, como lo harán los miles que vayan al Príncipe Felipe el domingo. Porque este equipo de Porfirio Fisac es pura celebración, pura fiesta. Su segunda vuelta ha sido para enmarcar, su recta final, cada día más ilusionante. Pero lo de ayer es otra historia, una historia con mayúsculas. El Tecnyconta asaltó Vitoria a lo grande, con autoridad y, lo más importante, siendo fiel a sí mismo.

Durante los 40 minutos solo hubo color blanco, el que ayer vistió el Tecnyconta. Alcanzó los 19 puntos de máxima (53-72), mientras el Baskonia solo pudo dominar por un punto. Gobernó con mano de hierro el equipo de Fisac y, lo más importante, tuvo el temple necesario para no ponerse nervioso, para no dudar, cuando el Baskonia apretaba. Porque apretó. Subió líneas defensivas, puso toda la intensidad de la que fue capaz, recortó distancia... Pero nada fue suficiente ante el aplomo aragonés. Parecía que el Tecnyconta llevaba haciendo esto toda la vida.

El conjunto zaragozano se coló en la fiesta por la puerta grande. Nada de ser un invitado de piedra. Nada de ver qué bonito es esto y conformarse solo con que te dejen entrar. El Tecnyconta pasó hasta la cocina, puso la música, diseñó el menú y se hizo el dueño del local. Planteó un partido serio y explosivo que dejó al Baskonia en la lona. El equipo de Perasovic era la mejor defensa de la fase regular con algo menos de 75 puntos encajados por partido. El Tecnyconta le hizo 91 en casa. Era el tercer mejor ataque con 86 puntos de media. Y al Tecnyconta solo le hizo 81.

TRIUNFO CORAL / Fue de nuevo una victoria coral, como solo puede serlo cuando se enfrentan dos equipos tan distanciados en potencial. Volvió a brillar Okoye, el jugador del año de largo en el Tecnyconta, con 22 puntos y 7 rebotes. La mejor actuación de un jugador del club aragonés en un partido de playoff. No falló Seibutis, imprescindible en este éxito del Tecnyconta. Volvió a demostrar que está de crecida Javier Justiz, con once puntos y dos tapones para ver repetidos una y otra vez. Sumó Fran Vázquez haciendo lo de toda la vida. Apareció Nacho Martín con dos triples importantes. McCalebb dio cinco asistencias. Ganó la batalla del rebote el Tecnyconta y, sobre todo, provocó 16 pérdidas en el rival.

Controló la situación en todo momento, parando el partido cuando hacía falta. Acelerando cuando podía. Con un elevado grado de acierto, con una fe inquebrantable. Minando poco a poco la moral de un Baskonia al que le fue cambiando la cara conforme avanzaban los minutos. Primero sorpresa, luego incredulidad, más tarde desesperación, por último resignación. Ninguna de las armas planteadas por Perasovic les funcionó a los locales. Poirier y Granger les mantuvieron a flote con 21 puntos cada uno, Shengelia hizo lo que pudo con 13.

Pero en cuanto parecía que algo se le atragantaba lo más mínimo al Tecnyconta, Fisac paraba el partido y se mantenía la calma. El equipo aragonés pasó su momento más crítico en el tercer cuarto, cuando el Baskonia pudo recortar la distancia a ocho puntos. Pero aparecieron Fran Vázquez con su tiro de media distancia y Alocén con un triple desde la esquina y el Tecnyconta capeó el temporal. Dos buenas acciones defensivas consecutivas y el equipo encaró el último cuarto en clara ventaja, alcanzando su máxima de 19.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo del Baskonia. Por más que lo intentaran, por más que lo pelearan, por más que acertaran, nada perturbaba al Tecnyconta. Cada vez que parecía que recortaba el Baskonia, respondía el equipo aragonés como si tal cosa. Como si fuera el grande. Como si llevara esperando este momento toda su vida. Como si fuera lo más normal del mundo. El final fue plácido y una pequeña explosión de júbilo. Pequeña porque era solo el primer asalto. El domingo tendrá el equipo una oportunidad histórica. Lo que ya tiene es derecho a soñar.

81 - Kirolbet Baskonia (20+14+19+28): Vildoza (5), Hilliard (6), Garino (9), Voigtmann (6) y Poirier (21) -cinco inicial-, Huertas (-), Diop (-), Granger (21), Shengelia (13) y Shields (-).

91 - Tecnyconta Zaragoza (24+26+22+19): McCalebb (5), Seibutis (16), Okoye (22), Radovic (8) y Justiz (11) -cinco inicial-, Nacho Martín (7), Barreiro (2), Berhanemeskel (4), Alocén (6), Fran Vázquez (10) y Latavious Williams (-).

Árbitros: Antonio Conde, Óscar Perea y Arnau Padros. Sin eliminados.

Incidencias: Primer partido de los cuartos de final de la Liga Endesa disputado en el Fernando Buesa Arena de Vitoria ante 9.145 espectadores. Antes del partido, Shengelia recibió el trofeo al mejor jugador espectacular de la temporada