Excesivo en sus grandes victorias, excesivo en la derrota que rompe la racha de seis triunfos seguidos. El Casademont Zaragoza ha caído en Andorra con contundencia y justicia, encajando 106 puntos, 17 triples, siendo superado de principio a fin. Esta vez el equipo de Fisac ha experimentado lo que han sentido muchos de los rivales que han pasado por el Príncipe Felipe, ha caído en la maraña defensiva de Ibon Navarro, se ha atascado en ataque y ha acabado completamente perdido (106-78). No ha podido dormir como líder en solitario, pero sigue en una posición privilegiada.

La derrota se explica rápidamente por los 17 triples que ha anotado el Andorra (aunque el Casademont tuvo también uno de sus mejores días desde la larga distancia con 12/25), por los 106 puntos que ha encajado la segunda mejor defensa del campeonato, un equipo que había dejado al Real Madrid en 67, con una media de 75 en contra por partido. 106 puntos es la segunda peor marca de la historia de la entidad sin prórroga, solo superados por los 116 encajados el pasado año en Murcia. Esa es la gran explicación, la más evidente. El Casademont apenas ha defendido durante todo el encuentro (y así se lo hacía saber Fisac a su equipo en cada tiempo muerto) y así, ya ha quedado sobradamente demostrado, no tiene nada que hacer.

Pero la realidad es que el Morabanc Andorra ha sido superior en casi todo al equipo aragonés. El Casademont se ha ganado el respeto de los rivales y eso hace que sea estudiado al milímetro y que sea una motivación ganarle. El Andorra sabía perfectamente los puntos fuertes del equipo aragonés y los ha anulado uno a uno desde el primer segundo de juego. No le ha dejado correr, no le ha dejado rebotear y no le ha dejado acercarse al aro. Ha planteado una defensa magnífica que obligaba al Casademont a estirar al máximo sus posesiones y acabar tirando de manera precipitada y lejana. Solo Justiz ha tenido buenos minutos al principio, pero los interiores se han cargado pronto de faltas aumentando los problemas aragoneses.

SIN OPCIONES / Pese a la gran superioridad mostrada por el Andorra ya desde el principio, el Casademont ha exhibido su habitual apariencia de equipo indestructible en la primera parte. Siempre por detrás, incómodo, superado por su rival, pero ha sido capaz de alcanzar el descanso con solo seis puntos de desventaja (46-40). Así que había tiempo de sobra para darle la vuelta. Y pareció que iba a ser así una vez más porque el equipo aragonés ha salido del vestuario dispuesto a meterle otro ritmo al encuentro y con más intensidad para provocar los errores locales. Con Alocén a los mandos, en cuatro minutos el Casademont se ha puesto a un solo punto (53-52). Y lanzando un triple para ponerse por delante.

Pero hasta ahí. Los pívots del Casademont han seguido cargándose de faltas y el Andorra ha vuelto a encontrar su camino. Primero cerca del aro y, después, con una lluvia de triples que ha resultado imposible de remontar para el Casademont. La diferencia ha ido aumentando poco a poco y alcanzando nuevas máximas cada vez hasta dispararse por encima de los 20 puntos. Esta vez el equipo aragonés se ha quedado sin respuesta y ha sido consciente de ello. Ni siquiera ha creído en la remontada. En lugar de la fe habitual ha reinado la lógica. El Andorra ha sido mejor y se ha llevado el partido con justicia, dándose un auténtico festín al final delante de un público entregado. El Casademont se ha puesto por un día en la piel de sus rivales. Pero no tiene tiempo de lamentarse, el miércoles se la juega en Europa.