Siempre hay un espacio libre para hacer historia en los Juegos Olímpicos, un ritual de acceso para unos pocos elegidos, como la esquiadora checa Ester Ledecka, de 22 años, que este sábado conquistó el oro en el gigante paralelo de snowboard después de proclamarse campeona olímpica en el supergigante de esquí alpino de PyeongChang.

De este modo, Ledecka, natural de Praga, se convirtió en la primera deportista de toda la historia en capturar oro olímpico en dos deportes diferentes en los mismos Juegos. Y eso que, tal vez, la inspiración le pudo inclinar más hacia el arte escénico que a deslizarse con destreza sobre la nieve. El padre de Ester es Janek Ledecky, un múscio de renombre en la República Checa. Los genes deportivos le vienen más de parte de su madre, Zuzana, patinadora de nivel y, sobre todo, de su abuelo, Jan Klapac, que fue jugador de hockey hielo y ganó siete medallas en mundiales y otras dos en citas olímpicas -fue bronce en Innsbruck 1664 y plata en Grenoble 1968-.

La más famosa de la familia

Ahora, Ledecka ya es la más famosa de la familia. El año pasado comenzó a llamar la atención al acceder al 'top 30' en tres disciplinas diferentes de esquí (descenso, supergigante y combinada) en los mundiales de Saint Moritz (Suiza) antes de presentarse como favorita en los mundiales de snowboard de Sierra Nevada.

A pies del Pico Veleta, Ledecka no defraudó al disputar las dos finales de las disciplinas alpinas de la tabla de nieve: capturó plata en el eslalon y salió de la estación andaluza con el título mundial de gigante paralelo.

En PyeongChang ya se había convertido en una de las estrellas de los Juegos antes de colocarse sobre la tabla gruesa, ya que con los esquís ganó el 17 de febrero el supergigante, donde relegó al segundo y al tercer puesto a la austriaca Anna Veith y a Tina Weirather, la representante del pequeño país de Liechtenstein. La gesta sucedió en una prueba en la que buscaba el oro toda una estrella mundial como la estadounidense Lindsey Vonn, que acabó en una discreta sexta posición.

Este sábado, Ledecka completó la proeza. Y lo hizo sin sorprender. Simplemente hizo buenos los pronósticos. También habría escrito una parte de la historia de alcanzar el podio pero se subió a lo más alto y se colgó la medalla de oro.

Sin nervios en la final

Para ello, Ledecka eliminó en cuartos de final a la austriaca Daniela Ulbing y en semifinales a la alemana Ramona Theresia Hofmeister, que acabaría festejando el bronce.

En la final no se puso nerviosa y surfeó la nieve hacia el oro, al derrotar a la alemana Selina Jörg, para suceder en el historial olímpico a la suiza Patricia Kummer, aunque con el mérito de colgarse dos oros en dos disciplinas distintas.

En su primer romance con los Juegos, en la cita de Sochi (Rusia), hace cuatro años, Ledecka fue sexta en el eslalon paralelo y séptima en el gigante de snowboard. Más al este y en el continente asiático, esta joven prodigio del deporte checo alcanzó la doble gloria olímpica y entró en la historia.