El Parque Deportivo Ebro cuenta con un desfibrilador semiautomático (DESA) que no se utilizó el domingo para intentar salvar la vida de Eduardo Navarro Cueto, que falleció mientras disputaba un partido con su equipo, el Inter Zaragoza, contra el River 2008 correspondiente a la Segunda División Preferente de la Liga Delicias. Según algunas fuentes, no se utilizó por la rápida llegada de la ambulancia para atender al futbolista, de 39 años, aunque otras fuentes consultadas aseguran que no se llegó a usar porque en ese momento no había en las instalaciones ninguna persona que supiera realizar el manejo de este aparato.

Será la autopsia la que determine las causas del fallecimiento, aunque todo apunta a que se trató de una muerte súbita. El futbolista se desplomó al poco de iniciarse el partido después de hacer un saque de banda. La ambulancia del 112 llegó pronto y Eduardo fue puesto en posición lateral de seguridad, pero cuando los sanitarios ya estaban sobre el césped no pudieron hacer nada por salvar su vida. Desde el Gobierno de Aragón se asegura que se imparten cursos para usar estos desfibriladores, que los suele dar la empresa a la que se compra ese aparato.

El tiempo es clave en este tipo de sucesos. En caso de parada cardiaca, los primeros minutos son fundamentales para salvar al paciente. Por cada minuto que pasa, las probabilidades de sobrevivir disminuyen un 10%.

La Ley de la Actividad Física y el Deporte en Aragón aprobada en diciembre pasado establece que «será obligatoria la existencia de, al menos, un desfibrilador externo semiautomático (DESA) en todas las instalaciones deportivas convencionales que tengan 300 o más usos diarios. Además, en municipios de menos de 1.000 habitantes y en instalaciones deportivas con menos de 300 usos diarios se procurará disponer de, al menos, un desfibrilador externo semiautomático».

Así que el Parque Deportivo Ebro, que pertenece a la Fundación Educación, Salud y Deporte de Aragón (ESDA), cumple con esa normativa aunque desde el Gobierno de Aragón se recordó ayer a todas las federaciones deportivas la normativa vigente de una Ley que sustituyó a la original de 1993.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza también se han dado pasos para luchar contra la muerte súbita en el deporte. Así, a mediados de junio se invirtieron 42.653 euros en la adquisición de materiales y 11 cursos de formación para 88 alumnos destinados a las personas que se encargan de gestionar los distintos campos municipales. Desde julio, los clubs cuentan con personal capacitado para usar estos aparatos para ayudar a salvar la vida a cualquier persona con parada cardiorrespiratoria.