El balón vuelve a tomar protagonismo hoy para el Real Zaragoza después de una semana en la que la mirada del zaragocismo ha estado puesta en la Fiscalía Anticorrupción, en el fiscal Alejandro Luzón, y en las declaraciones por el presunto amaño del partido Levante-Zaragoza que propició la salvación zaragocista en el último partido de la 10-11. El asunto, herencia marcada del agapitismo y que ha supuesto la reaparición de Agapito Iglesias, al que ya es solo costumbre verlo delante de tribunales y jueces, señal más que clara sobre el expropietario del club, ha dejado en segundo plano la visita hoy del Mallorca a La Romareda. Es un encuentro que puede marcar el despegue real de este Zaragoza, que, aunque lleno de sombras en lo extradeportivo, ha cogido rumbo con dos triunfos consecutivos, frente a Alavés y Llagostera, y que busca el tercero ante el colista que dirige Valeri Karpin, un enemigo que es el mas goleado de la categoría y que extrapola a la perfección la imagen de club caótico que es en los despachos.

En este sentido, Mallorca y Zaragoza parecían hasta hace bien poco equipos hermanos, con el desastre en lo institucional y de capa caída en lo deportivo. La Fundación tomó las riendas del club aragonés en julio y evitó el desastre de la desaparición, por lo que ha dado algo de más normalidad al día a día de la entidad que la que se vive en Son Moix. Sin embargo, el desastre encontrado, las herencias de Agapito, la difícil negociación con Hacienda, aunque ya se ve una luz de un posible acuerdo, el ERE en la entidad y sucesos tan extraños como la fulminante e injusta salida del entrenador del filial, Emilio Larraz, en esta semana aumentan la sensación de que al club aún le queda mucho para que su funcionamiento esté impregnado de la lógica que debe imperar en cualquier equipo y de la que tanto se separó Agapito en aquellos 8 años negros para la historia zaragocista.

RUBÉN Y VALLEJO

Víctor, por lo ensayado esta semana y a pesar de recuperar a Vallejo, una vez que el joven central ha superado una lesión muscular, parece decidido a repetir la alineación que hizo que el Zaragoza superara a la Llagostera. Es decir, que Rubén se mantendría en el once y que Vallejo aguardaría turno en el banquillo, una decisión que es la única duda en el equipo y que si la mantiene parece injusta, puesto que el juvenil hizo méritos más que de sobra antes de lesionarse ante el Alavés para conservar su puesto en una alineación donde la zaga la completarán Fernández, Mario y Cabrera, este de lateral zurdo, donde ya ha convencido a Víctor, mucho más mientras Rico esté fuera por lesión. Por cierto, el Zaragoza acumula 183 minutos sin encajar. Es decir, dos partidos seguidos. Hoy buscará el tercero.

Pese a ganar dos choques consecutivos no transmite el Zaragoza de Víctor el espíritu de un bloque homogéneo. No, por lo menos, durante mucho tiempo. Sigue con dudas en el juego aéreo y con demasiados minutos de bajón, además de costarle una barbaridad elaborar fútbol, pero la seguridad de Whalley, el momento de Borja, que busca su cuarta cita seguida marcando, la sobriedad de Dorca y las gotas de fútbol de Galarreta sí han hecho que el técnico haya encontrado un claro pasillo de seguridad, reforzado por la irrupción de Willian José, que eleva las prestaciones en ataque con una dupla interesante junto a Borja.

El Mallorca es un desastre en defensa, lo que le ha llevado a un inicio de Liga que ha hecho tambalearse a Karpin, que tomó el relevo de Miquel Soler diez días antes de empezar el torneo. Menuda imagen de estabilidad... Como el club es un caos, no se puede asegurar que el ruso se juegue el puesto hoy, aunque la lógica diga que sí, porque el equipo balear lleva solo dos puntos de 18 y no ha sumado fuera, con tres derrotas en las que anotó 6 dianas, pero encajó 11. El Mallorca tiene calidad arriba, --Pereira, Marco Asensio o Fofo--, pero atrás deja que desear, aunque Karpin pareció encontrar en el canterano Kasim una baza en el eje para proteger mejor al exzaragocista Cabrero, que se ha hartado de recoger balones del fondo de la red.