Atlético de Madrid y Deportivo de La Coruña pusieron un granito de arena más en el desprestigio que año a año los equipos españoles parecen empeñados en querer impregnar a la Copa del Rey, tras empatar en un desastroso encuentro en el que por juego ambas merecieron perder.

El técnico rojiblanco, Gregorio Manzano, sucumbió al enorme peso que tiene el argentino Simeone entre sus compañeros, y sobre todo entre la afición, y modificó su habitual dibujo táctico para dar entrada en el medio centro al exjugador del Lazio. Pero si la intención de Manzano era fortalecer el centro del campo, la presencia del Cholo , junto a De los Santos en la medular, sólo sirvió para embarullar el juego.

El Deportivo, pese a alinear en Madrid a sus jugadores suplentes, mostró su clásica estampa de equipo rocoso. Y pudo marcar, pero Juanma despejó a córner a los once minutos un disparo cruzado de Amavisca que se cantaba como gol.

Poco más hicieron ambos equipos en la primera mitad. Mejoró el encuentro en intensidad con el inicio del segundo periodo, en el que atléticos y deportivistas se entregaron a un sinfín de carreras, la mayor parte de ellas sin sentido.

Pero, poco a poco, el derroche físico se fue transformando en precipitación, y finalmente las prisas se convirtieron en la nada, ya que el espectáculo que ofrecieron en los minutos finales Atlético y Deportivo apenas puede llamarse fútbol, o al menos el que se puede esperar en todos unos octavos de final de la Copa del Rey.