El surcoreano Un-Yong Kim, el dirigente que optó a suceder a Samaranch en la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI) en julio del 2001 y que perdió esas elecciones frente al belga Jacques Rogge, fue arrestado ayer en Seúl por presuntos delitos de corrupción, malversación de fondos y tráfico de divisas.

Kim, que hasta el pasado día 23 era todavía vicepresidente del COI, ha sido acusado de malversar 3,3 millones de dólares (2,6 millones de euros, unos 430 millones de pesetas) de los fondos de la Federación Mundial de Taekwondo que presidía, así como de recibir unos 330.000 euros (55 millones de pesetas) para facilitar el ingreso de dos personas en el Comité Olímpico Surcoreano.

El surcoreano también está siendo investigado ante los indicios de haber recibido decenas de miles de dólares a cambio de un contrato de patrocinio con el comité. El juicio al que está siendo sometido por un tribunal de Seúl, junto con su detención de ayer --tras un interrogatorio de 15 horas--, pueden suponer el final de la borrascosa trayectoria de Kim, que el pasado día 9 también renunció a su condición de diputado y a la presidencia de la federación de taekwondo.