El Casademont Zaragoza se dejó el liderato en Nymburk, incluso antes. Será segundo de grupo, lo que le obligará a medirse a un primero en cuartos de final, después de caer en la República Checa por 98-78. Ya no era importante, pero ni el averaje (19) pudo retener el equipo aragonés. Llegaba con tres bajas importantes y, para colmo, perdió enseguida a Javi García, de nuevo lesionado en el tobillo, quedándose sin base puro. Esas dificultades sobrevenidas se unieron a su habitual falta de intensidad defensiva durante muchos tramos y a un ataque deficiente, demasiado individual y poco elaborado, que convirtieron la remontada en una quimera.

El equipo aragonés llegó a estar 21 puntos después de cinco minutos sin anotar en el segundo cuarto y logró recortar la diferencia hasta los seis en el tercer periodo, pero hasta ahí llegó su fuelle. Sulaimon tuvo que jugar demasiados minutos, Brussino hizo el uno acompañado de Font a ratos, porque Javi García se dañó el tobillo cuando no llevaba ni cuatro minutos en la pista. Además, con solo diez jugadores en el banquillo Ennis y Brussino también tuvieron que jugar media hora, como Sulaimon.

El equipo pecó de indolencia defensiva al principio, pero no era ese su mayor problema porque el Nymburk tampoco parecía dispuesto a dejarse la vida atrás. En los primeros cinco minutos el marcador era 20-17, ninguno se esforzó en defensa. Después el Casademont quiso reponerse a ratos. Mejoró en algo con Javi García, que empezó la presión mucho más arriba, pero no encontró un ritmo constante atrás que le permitiera dominar el ritmo del partido ni tener opciones reales de remontar la diferencia.

Con todo, fue casi peor su ataque. Porque ahí el Casademont también mostró los problemas habituales. En cuanto el equipo de Sergio Hernández se ve por debajo, más aún si se ve muy por debajo como ayer, quiere correr y correr y anotar y anotar, se olvida del ataque posicional y comienza a perder balones y oportunidades una detrás de otra. De esta manera no sirve de nada jugar a muchas posesiones, porque son acciones sin elaborar en la que el primero que llega, lanza, no hay espacios, no hay rebote, no hay ganas de volver y trabajar atrás.

Y en este caso las estadísticas lo demuestran. El conjunto aragonés lanzó ayer 77 veces a canasta, doce más que su rival (65). Sin embargo, firmó un pobre 37,66% en tiros de campo por el 55,38% del conjunto local. Tampoco tuvo su mejor tarde desde el tiro libre (12/20). No se trata de tirar muchas más veces sino de tirar mejor. El Casademont no jugó apenas para sus pívots aunque tampoco puede decirse que jugara a otra cosa.

El partido ya estaba pensado de inicio para dar más minutos a los menos habituales y el técnico no varió ese plan. Los tuvo Justiz, que sigue muy lejos de sí mismo, también Font que acusó la falta de tiempo de competición con varias pérdidas, y Jaime Fernández, al que le pitaron todo lo habido y por haber cada vez que pasaba por allí. Poco puede rescatarse de ninguno, poca conclusión puede sacarse más allá de que el equipo necesita jugar bastante mejor si quiere tener opciones en la final a ocho, donde ahora le va a esperar un duro rival. Aunque lo más importante ahora es que vaya recuperando piezas porque sin ellas, desde luego, lo va a tener mucho más complicado.

Ficha técnica:

ERA Nymburk: Tuma (9), Hruban (12), Prewitt (25), Dalton (9), Zimmerman (11) -cinco inicial-, Kovar, Rylich, Safarcik, Benda (5), Kriz (9) y Palyza (18).

Casademont Zaragoza: Sulaimon (8), Ennis (17), Brussino (12), Benzing (20), Justiz (6) -cinco inicial-, Barreiro (4), Jaime Fernández (2), Font (2), Javi García, Wiley (7).

Parciales: 30-23, 21-16, 24-19, 23-20.

Arbitros: Lucis (Letonia), Poursanidis (Grecia) y Suslov (Estonia). No hubo eliminados.

Incidencias: partido de la última jornada de la segunda fase de la Liga de Campeones disputado en CEZ Sportovni Hala de Nymburk.