Di María asumió el papel de Cristiano Ronaldo y lideró al Real Madrid en el trámite ante el Almería, del que salió airoso con comodidad para superar al Barcelona en la clasificación y reforzar su autoestima antes de la final de la Copa. El conjunto de Carlo Ancelotti sigue metido de lleno en la pelea por la Liga. Estimulado por el tropiezo azulgrana en Granada, ya sólo está pendiente del flaquear del Atlético de Madrid para volver a mandar en la Liga. Por si acaso, dejó sentadas las bases.

En un Real Madrid plagado de bajas Ángel Di María hizo de Cristiano, la más notable de las ocho ausencias con las que Carlo Ancelotti tuvo que asumir la cita ante el Almería. La última, inesperada, la de Sergio Ramos. El central se cayó del once inicial y de la convocatoria por un problema en el trapecio.

Di María asumió la responsabilidad. El Fideo puso electricidad a un inicio que estuvo sin ritmo. No lo puso el Real Madrid, con salidas ralentizadas de balón. Tampoco, menos, el Almería, aparentemente resignado a su suerte. Agazapado en su campo y preocupado en paralizar el juego lo más posible. No sabe Di María moverse en transiciones pausadas. Cada vez que tenía el balón daba un acelerón. En siete minutos una terna de latigazos pusieron en peligro a Esteban. Uno de ellos dio en el larguero.

En plena efervescencia el argentino dio en la diana en el minuto 22, en otra combinación con el lateral izquierdo blanco para cruzar el balón fuera del alcance de Esteban, el mejor de su equipo de largo. Abierto el partido el Real Madrid pareció más cómodo. Di María casi vuelve a repetir con un gol olímpico.

Gareth Bale, Isco y Morata cerraron la goleada ante un tímido Almería para retomar el pulso por la Liga y armar al Real Madid de moral de cara a la final de la Copa del Rey que se disputa este miércoles.