Al Real Zaragoza, a falta de cinco jornadas para el final de la eterna Segunda División, se le ha puesto en la práctica imposible el ascenso directo que ahora mismo tiene el Sporting, con nueve puntos más que los zaragocistas y que hoy rinde visita a La Romareda (18.00 horas) en un partido grande, de los mejores que se pueden ver en la categoría. Quizá el mejor vistas las trayectorias recientes de ambos equipos, que llegan muy fuertes al momento cumbre del campeonato.

El objetivo real y realista del Real Zaragoza es el playoff tras la excelente reacción en la segunda vuelta y vencer al cuadro gijonés en un duelo de altura y de máximo nivel, que enfrenta a las dos mejores escuadras de plata tras el ecuador liguero (38 puntos de los rojiblancos y 35, los mismos que el Rayo, de los blanquillos), supone un paso decisivo por la importancia de los tres puntos, por la entidad del rival y por el aspecto que presentará La Romareda, que no andará lejos del lleno, con más de 2.000 sportinguistas en las gradas. Lo dicho, un día grande y, en consecuencia, un día solo para valientes.

La jornada, los duelos directos (esta semana hay un Numancia-Valladolid hoy o un Granada-Rayo el lunes) y el resto de resultados dictaminarán para qué daría el triunfo del Zaragoza ante el Sporting, pero es indiscutible de antemano su tremendo valor. Atrapar el playoff va a exigir a los de Natxo González sumar unas tres victorias más en las cinco citas que quedan, tres de ellas en La Romareda, la de hoy ante el cuadro asturiano y las visitas después del Albacete y el Valladolid. Por muy peligroso que sea fiar todo a la fortaleza como local es innegable que en casa, al amparo de su gente, el equipo zaragocista se ha convertido en muy fiable en esta segunda vuelta, con siete victorias (Tenerife, Córdoba, Lugo, Oviedo, Lorca, Huesca y Almería) y una derrota (Sevilla Atlético) en las ocho citas tras el ecuador. Es decir, 21 puntos de 24.

Con esa fortaleza, con la confianza que da el buen momento del equipo dirigido por Natxo y con el apoyo de una Romareda que respirará el ambiente de las grandes noches el Zaragoza tiene motivos para confiar en su bastión, lo mismo que lo haría si llegara a un hipotético playoff, donde ningún rival de la categoría puede exponer el valor que supone un estadio con más de 30.000 aficionados para esas dos posibles citas que habría en la promoción de ascenso.

De momento, el equipo de Natxo obtuvo, con su empate en Reus y con los malos resultados de sus perseguidores, el colchón de un fallo, de al menos una derrota en esas cinco citas, ya que aventaja en tres puntos al Oviedo, al que le tiene ganado el goalaverage particular.

El Sporting llega, eso sí, lanzado hacia Primera. Se le ha puesto una cara de ascenso al conjunto de Rubén Baraja que parece difícil de quitar. 10 victorias en los últimos 12 partidos así lo atestiguan. El madrileño ha logrado darle más vida a un equipo alicaído con Paco Herrera y ha contado con un refuerzo de lujo en Jony, posiblemente, o seguro, el extremo más desequilibrante de esta Segunda. Además, recupera a su Pichichi Michael Santos, aunque tras salir de su lesión es probable que no sea titular y tiene mucho talento adicional arriba al margen de sus dos mejores futbolistas. Por si fuera poco, las últimas semanas han mostrado un bloque seguro atrás, casi un muro, con solo tres dianas encajadas desde que cayó en el derbi ante el Oviedo en la jornada 25.

CON LA MEJOR VERSIÓN

El Zaragoza tiene, pues, la difícil tarea de frenar a un ciclón, a un Sporting lanzado hacia la élite, pero al que ya ganó en El Molinón. Sin embargo, el rival ha mejorado mucho desde ese día. Superarle es una misión hercúlea que exigirá al conjunto de Natxo su mejor versión, la que dio en sus visitas a Soria o a Pamplona o en el derbi aragonés en La Romareda. Ya mostró en esta fantástica segunda vuelta de lo que es capaz, pero este es el examen más difícil, una prueba para tocar la gloria.