Un torbellino en casa. Así se comporta el Real Zaragoza frente a su afición. Los factores psicológicos (motivación, aliento incondicional de la masa social) tienen su peso en la conducta de superación de un conjunto que, salvo en el último encuentro ante la Real Sociedad, ha tenido que remontar siempre resultados adversos. Se adelantaron Getafe, Albacete y Levante, y la respuesta fue un equipo desatado, ofensivo, inmisericorde ante la portería rival. Savio, Javi Moreno y Villa han sacado la metralleta a pasear con cuatro goles cada uno, y la clientela de La Romareda ha sufrido y se ha divertido más que ninguna otra. Lo ha ganado todo y es quien más tantos ha logrado en el hogar. Y tiene la gente un héroe que se llama Savio Bortolini, maravilloso en este inicio de temporada.

El desmelene en el viejo campo tiene una justificación sencilla: Víctor Muñoz ha contado con los jugadores más en forma para estas batallas y, con sustos, una defensa bajo sospecha en no pocas ocasiones y dosis de fútbol brillante, la superación de los obstáculos ha sido una misión posible. Se vislumbra en los planes del entrenador una clara intención de aprovechar lo mejor de su arsenal y la atmósfera propicia del público propio para asegurar el mayor número de puntos posible al calor de los suyos. En una sola ocasión, contra el Sigma Olomouc en el partido de ida de la Copa de la UEFA, Víctor ha optado por las rotaciones en casa. En los compromisos de la Liga ha mantenido siempre el perfil más grueso de su plantilla, atendiendo a una prioridad que el técnico defiende desde el primer minuto: asegurar la permanencia cuanto antes y afrontar metas más ambiciosas una vez se haya resuelto esa cuestión.

En La Romareda siempre ha sido de día. Poco ha importado que la angustia haya ocupado gran parte de los partidos ante rivales recién ascendidos y equipos medianos con algún que otro apuro. El Real Zaragoza tiene una fortaleza, y la debe defender a pecho descubierto.

...Y LA NOCHE

"No hay ninguna explicación, porque si la hubiera la pondríamos en práctica. Ya se sabe que no es lo mismo jugar en casa que fuera. No soy entrenador y no sé lo que habría que cambiar". Quien así se explica es Cani. Interrogado por qué el Real Zaragoza es el chollo del campeonato en los desplazamientos, el centrocampista se encoge de hombros con sinceridad y diplomacia. La cuestión es que el equipo de Víctor Muñoz presenta unos números desalentadores cuando se va de viaje. Sólo en una oportunidad ha vuelto con un punto dentro del equipaje, tras empatar en Málaga en un partido con el mismo atractivo que una piedra pómez. El resto de sus citas a domicilio se cuentan por derrotas, la última, en El Sardinero, bastante hiriente porque el contrario llegaba a este encuentro como el último de la fila, con ocho meses a la espalda sin ganar en su campo. De Barcelona se fue maltratado, y de Villarreal tampoco salió precisamente con la cabeza alta.

En el Camp Nou y en Santander, el técnico dispuso dos alineaciones de diferente versión --una conservadora y otra indescifrable--, con la sana y lógica intención de repartir los esfuerzos entre una plantilla muy corta y desnivelada. Las rotaciones son parte del mal del conjunto aragonés cuando se aleja de su estadio, pero hay otros temas a repasar. Sin duda el más llamativo en su incompetencia goleadora. Marcó frente al Bar§a y se acabó lo que se daba. Es mustio y no tiene pegada en su noche cerrada.