Me encuentro en el campo base, saboreando una taza de cafe. Ayer bajamos hasta este lugar, tras pasar tres días de duro trabajo en altura. Mis músculos estan agotados y ahora mismo, la vida en este lugar se me antoja placentera. Salimos con el crepúsculo, con todo el material para intentar montar el Campo 2 a 6.500 metros de altura. Caminamos toda la noche y, ya con el alba, nos encaminamos hacia el valle glaciar que lleva al collado donde pretendemos colocar nuestro siguiente refugio.

Conforme el sol se levanta, el calor se hace insoportable. La nieve se va reblandeciendo, haciendo que el trabajo de trazar un camino, en este hermoso lugar, se vuelva insoportable. Hay mucha gente ya por la montaña, pero sorprendentemente, solo se unen a nuestro esfuerzo una pareja de holandeses. El resto permanece por abajo, esperando vaya usted a saber qué. Supongo que esperan a que llegue algún incauto y se adentre por este lugar.

La diferencia entre abrir huella en la nieve blanda y tan solo seguirla es abismal. No importa, si se quiere subir habrá que trabajar. Con estos pensamientos, aplastado por el peso de mi mochila, llegamos al final del valle, tras 14 horas de actividad. Estamos muy cansados y la nieve está intratable, así que decidimos acampar en este lugar. Al día siguiente, 1 de julio, subimos la coplicada pared de hielo y nieve que tenemos sobre las cabezas. Trazamos un camino elegante, espectacular, que sortea grandes bloques de hielo y que finalmente, nos condujo al collado donde instalamos nuestra tienda, a 6.500 metros de altura.

Estamos realmente cansados y a modo de regalo, el día 2 amanece malo. No podemos continuar hacia arriba, como era nuestra intención, pero por contra, se nos ofrece la posibilidad de un descanso en el campo base. Sin dudarlo, nos encaminamos hacia abajo, cruzándonos por el camino con más de 20 personas que, eso sí, nos felicitan por el trabajo realizado. Hemos abierto el camino hacia el campo 2, pero yo no dejo de preguntarme qué tipo de alpinistas son. ¿Por qué esconder el hombro si todos unidos podríamos hacer la tarea más fácil? ¿Por qué limitarse a seguir la huella que otros han hecho cuando crear camino es la esencia de esta actividad? Quizás la respuesta la tenga ahora, en el dolor de mis piernas y de mis hombros.