Más de dos meses después de que a Paredes y a Movilla se les señalara la puerta de salida a finales de diciembre pasado el Zaragoza sigue sin resolver cómo va a dejar ese laberinto que es la situación sobre todo del Pelado, que este viernes debe volver a los entrenamientos tras cumplir un mes de suspensión de empleo y sueldo después del expediente que le abrió el club por sus declaraciones en Twitter. García Pitarch quiere evitar que el centrocampista vuelva a ejercitarse con sus compañeros, pero ni en su caso ni en el de Paredes el Zaragoza dispone de la liquidez necesaria para afrontar sus despidos, para darles la baja.

Sin embargo, el club asegura que estudia las alternativas para buscar esa salida de ambos a lo largo de la semana y, según se afirma en las oficinas de la entidad, Paco Herrera estaría de acuerdo en que lo mejor en ambos casos es que ya no vuelvan a ejercitarse con el resto del equipo, sobre todo en el caso de Movilla, puesto que Paredes no ha dejado de hacerlo. De hecho, ayer mismo estuvo trabajando en la Ciudad Deportiva. Herrera decidió dejar de citarlos tras su demanda por impago ante la AFE y trató sin éxito de reconducir la situación de Paredes tras el mercado de enero, citándole para el choque en Lugo, aunque antes y después el club le dejó claro que no quería que volviera a jugar. Ahora, tras semanas de desgaste y conflicto con ambos futbolistas, en particular con Movilla, club y técnico ven que la mejor opción es que la salida se dé cuanto antes o que al menos no trabajen con el resto. El problema es cómo orquestar todo eso, con la AFE muy pendiente de todo lo que suceda.

SALIDA NEGOCIADA Con el despido descartado por argumentos económicos, la única salida es una negociación que de momento sigue paralizada. Con Movilla, sus abogados confirman que en los últimos días, conforme la fecha del regreso del Pelado se acerca, no ha habido ningún contacto o acercamiento entre el club y el jugador. En todo caso, la guerra abierta que mantienen éste y Pitarch hace dificilísima una salida pactada, que es lo que pretende el club.

A Movilla le queda esta temporada y la próxima de contrato y su salario ronda los 250.000 euros. Mientras Paredes, con una ficha de 450.000, acaba contrato en junio, si bien renovaría si llega a 14 partidos oficiales --lleva 9-- o sufre alguna lesión grave jugando. El Jabalí ha ofrecido renunciar a alguna de esas cláusulas de renovación y fijar un calendario de pagos flexible en las cantidades que se le adeudan para normalizar su situación y ser uno más, pero esa propuesta ha caído por ahora en saco roto.