Jonson aprovechó un suave rechace del portero danés Sorensen en el minuto 88 para empatar a dos. Suecia y Dinamarca estaban clasificadas para cuartos. Entonces el balón ya no corrió como antes. El roteiro , tras el saque de Dinamarca, se quedó en los pies de la defensa sueca, rebotando inerte entre las piernas de los centrales, y ya no hubo presión danesa ni pase largo ni nada. El pacto de no agresión, el contrato de amistad entre vecinos, entre los dos equipos, llegó al final.

"Saldremos a ganar, no se puede arreglar un resultado". Así resumió Morten Olsen, el seleccionador de Dinamarca, las intenciones de sus jugadores, que debían plantear el partido al ataque porque el empate a cero no les servía para seguir en Portugal. Pese a su rotunda declaración de intenciones, la gente esperaba un empate a dos porque clasificaba a los dos conjuntos nórdicos. Había morbo en el estadio de Bessa ante la posibilidad de un empate pactado. La gente se acordaba de aquel empate a cero entre Alemania y Austria en el Mundial-82.

La sospecha de un pacto desapareció durante 88 minutos. Suecos y daneses fueron a por todas. Los dos equipos se entregaron al máximo imprimiendo un fuerte ritmo en sus acciones. Dinamarca se fue adelante y Suecia planteó el encuentro a verlas venir. Prefirió aguantar el balón. Sin embargo, Tomasson rompió el empate con un golazo desde lejos (m. 28). Entonces los suecos iniciaron el asedio al área de Sorensen, que sacó dos manos providenciales (m. 35) y Mellberg enviaba un balón al palo (m. 40).

SORENSEN, CLAVE Suecia se transformó al inicio de la reanudación. Apareció Larsson y Sorensen cometió penalti, que el delantero transformó (m. 47). El partido se abrió y Tomasson volvió a adelantar a Dinamarca (m. 65). Desde ese instante, los daneses pusieron en aprietos a la defensa sueca. Hasta que de nuevo Sorensen dejó un balón muerto a Jonson, que no perdonó (m. 88).