El Casademont Zaragoza será uno de los ocho equipos que pelearán por el título de la Champions League. Por segunda temporada consecutiva, el club aragonés estará ante los mejores de la competición y tendrá la oportunidad de lograr el primer título de su historia en la élite y embolsarse un millón de euros de premio. El equipo logró su objetivo a la primera oportunidad que tuvo, en un duelo directo con el ERA Nymburk, al que superó por 90-71 demostrando desde el primer momento sus ganas, su deseo de ganar y de lograr la clasificación. La victoria del Brose Bamberg sobre el Dinamo Sassari (92-86 con remontada incluida) metió también al Nymburk en la final a ocho.

No se lo puso fácil el equipo checo, que llegaba invicto, que peleó con todo lo que tuvo, que puso en dificultades al Casademont y le exigió un tremendo esfuerzo. Los jugadores de la plantilla aragonesa acabaron exhaustos, porque venían de otro encuentro 48 horas antes y porque no se dejaron nada, no guardaron ni un ápice de esfuerzo, de intensidad. Por eso provocaron 19 pérdidas a su rival, por eso acabaron imponiéndose.

Esta vez no hubo sorpresas ni relajación en el inicio. El equipo de Sergio Hernández ha comprendido la importancia de la defensa y de que el éxito en esa empresa solo puede llegar de una manera, a través del trabajo estajanovista de todos y cada uno de los jugadores pegándose, incomodando a su rival. Así lo hizo ayer durante todo el partido y así consiguió su objetivo. En ataque supo aprovechar sus ventajas. El juego interior del Nymburk no tenía tampoco muchos centímetros y ahí sí pudo hacer daño Jacob Wiley, que tenía ganas de reivindicarse, y acabó como el mejor del Casademont con 22 puntos y 10 rebotes para 30 de valoración. Sus ganas, su energía defendiendo, tocando balones, llevándose rebotes, fue el ejemplo de lo que necesitaba su equipo.

También pudo aprovecharse Harris con 17 puntos, aunque nueve de ellos desde el tiro libre. Brussino estuvo muy listo asistiendo a sus compañeros (7) y Sulaimon llevó la batuta y sumó 15 puntos a su haber. Hubo incluso tiempo de nuevo para Jaime Fernández y Aleix Font, porque el partido ya estaba decidido en el tramo final.

No parecía que pudiera acabar así viendo el desarrollo del partido, muy igualado durante toda la tarde, sin que ninguno lograra consolidar la ventaja. Las tuvo más y mejores el Casademont, pero el Nymburk siempre encontró la manera de volver al partido, de engancharse con uñas y dientes y pelearlo hasta que no pudo más. Cuando parecía que los aragoneses podían romperlo al fin al llegar a los diez de ventaja al principio del tercer cuarto (50-40), el equipo checo lo empató de nuevo casi al final (54-54) y obligó al Casademont a seguir trabajando.

Tuvo paciencia para eso el equipo aragonés. La que le faltó quizá en algunos momentos para serenar su juego. Pero no dejó de pelear y luchar en cada acción, cada balón. Al final todo eso dio sus frutos en el último cuarto. El esfuerzo atrás provocó más pérdidas al Nymburk, Brussino supo lee muy bien el juego y Wiley rematar las acciones superando a sus rivales. El Nymburk ya no dio para más. El conjunto checo tenía dos bajas importantes, Obasohan y Hruban, que promedian 14 puntos cada uno en la competición, y el trabajo de Palyza, Dalton o Kriz con sus 13 rebotes acabó siendo insuficiente. Lo fue para ganar el partido, pero el campeón checo estará también en la final a ocho.

El Casademont ha solventado su crisis con dos victorias fundamentales porque le han llevado a su objetivo de la fase final y porque en ellas el equipo ha demostrado su hambre, su deseo. El Casademont quiso ganar al Nymburk y le ganó vaciándose en la pista. Pudo festejarlo brevemente con los 300 aficionados presentes, pero hoy ya tiene que pensar en el Gran Canaria, al que visita mañana en la Liga Endesa.

Ficha técnica:

Casademont Zaragoza: Sulaimon (15), Ennis (7), Benzing (3), Barreiro (9), Hlinason (2) -cinco inicial-, Jaime Fernández, Font, Javi García (4), Brussino (11), Harris (17), San Miguel y Wiley (22).

ERA Nymburk: Tuma (1), Prewitt (9), Kriz (10), Dalton (14), Zimmerman (6) -cinco inicial-, Palyza (17), Rylich (2), Safarcik (3), Benda (5), Harding (4) y Kovar.

Parciales: 16-22, 29-18, 18-14, 27-17.

Árbitros: Glisic (Serbia), Krejic (Eslovenia), Vulic (Croacia).

Eliminados: No hubo exclusiones.

Incidencias: 300 espectadores en el pabellón Príncipe Felipe.