A falta de dos minutos para el final, el Inter Movistar y El Pozo Murcia empataban a dos en el tercer y definitivo partido de la final de la Liga Nacional de fútbol sala. Llegó entonces la sexta falta de El Pozo y el --probablemente-- único aragonés presente en el pabellón se convirtió en el protagonista del momento decisivo de la temporada. Lo hizo pese a que no había participado en ninguno de los dos encuentros previos de la serie, ni siquiera en el partido en juego.

Nano Modrego se deshizo del peto de los suplentes y saltó a la pista. A diez metros de la portería, rodeado de jugadores, en el centro de todas las miradas, le esperaba el balón. Y el punto del doble penalti. El aragonés lanzó a la derecha del portero, arriba, a la escuadra, y Rafa, portero de El Pozo, se fue a la izquierda. Fue el 3-2, el gol definitivo que dio el título al Inter Movistar. "Es algo que había soñado desde que era pequeño y conseguirlo después de tantos años trabajando es increíble. Si cuando tenía 18 años me dicen que con 33 iba a ganar la Liga con el Inter Movistar no me lo creo", explica el exjugador del Umacón, que llegó el verano pasado al equipo madrileño tras su gran temporada en el Ríos Renovables.

Ha sido una campaña difícil, en la que ha jugado menos de lo que esperaba. "La primera vuelta jugaba bastantes minutos, pero a partir de diciembre, por los fichajes y diversas situaciones, pasé a jugar menos", explica. Aunque añade: "Ha habido momentos duros, pero al final el sabor de boca es bueno tras marcar en las dos finales. Es un orgullo personal", dice. Y es que el aragonés ya anotó desde los diez metros en la final de Copa --también ante el Pozo-- que ganó con su equipo. El guión fue el mismo: el pívot apenas había jugado y salió para tirar un doble penalti con 2-2. Aquella vez, Modrego falló a la primera, pero el árbitro le dio otra oportunidad.

El momento decisivo

"Se repitió porque se adelantó Rafa (el portero). Luego tuve la suerte de meterlo a la segunda, porque si fallas dos... (ríe)". Visto el precedente, Jesús Velasco, técnico del Inter, decidió el sábado que fuera Modrego quien tomara la responsabilidad en el lanzamiento más importante del año. "Solo he tirado dos dobles penaltis en toda la temporada. Los de las finales", advierte Modrego. Velasco confía en el golpeo del pívot, aunque, parece, solo en los momentos calientes. En cualquier caso, más que una decisión del técnico, fue un acuerdo por consenso. "Al principio hubo dudas de si lo iba a tirar Batería o yo. Él falló uno en el primer partido contra el Pozo y me dijo que el siguiente lo tirara yo. El sábado le comenté al segundo entrenador que estaba con confianza, habló con el entrenador y este me dijo que adelante".

Frío, sin haber disputado ningún minuto, a Modrego se le venía la jugada decisiva. "Es muy complicado no haber participado en todo el partido y tener que lanzar, pero cuando ves que el equipo contrario se pone con cinco faltas, ya me mentalicé y empecé a calentar", señala. Además, Modrego tenía un plan. "Durante la semana hablé con Luis Amado del aspecto psicológico. Tú piensas en dónde has tirado el último doble penalti y el portero eso también lo estudia. Le pregunté a Luis si creía que me iba a doblar la misma rodilla que en la final de Copa o si iba a cambiar habiendo visto que se lo había metido en la Copa. Luis me dio el consejo de tirarlo igual". Y lo hizo. Y fue gol.

Ahora, una vez acabada la temporada, toca pensar en el próximo año. "Termino contrato y lo más seguro es que no siga", reconoce. El Umacón desea su fichaje. ¿Hay posibilidades de que regrese a Zaragoza? "No tengo constancia de que estén interesados. Estoy abierto a una posible negociación, estaría encantado de volver a vestir la camiseta del Umacón", zanja.