La primera ATP Cup es para Serbia. De la mano de un excepcional Novak Djokovic que ha vencido a Rafael Nadal y después ha liderado la victoria en el decisivo partido de dobles junto a Viktor Troicki para imponerse a Feliciano López y Pablo Carreño por 6-3 y 6-4. España sin Nadal en el doble no ha podido conseguir el doblete que aspiraba tras ganar hace dos meses la Copa Davis en Madrid.

El primer pulso de la temporada entre Djokovic y Nadal se lo ha llevado el tenista serbio que ha ganado al mallorquín en su duelo individual y, seguidamente, ha redondeado su actuación en el doble al que ha rnunciado a jugar Nadal porque no se sentía "con la mejor energía", según ha explicado, tras el esfuerzo físico realizado en los tres últimos días ante belga David Goffin, el australiano Alex de Miñaur y el último contra Djokovic.

Feliciano López y Carreño daban al equipo español suficiente confianza para afrontar el partido que decidía el título. Un partido de dobles especial en esta nueva competición en el que tras llegar al 40-40 se decide con un punto de oro en el que el equipo restador elige sobre quien saca el contrario y, si hay empate a un set, se juega un super ‘tie break’ al mejor de 10 puntos.

Un error de volea de Troicki tras el primer empate en el primer juego ha supuesto que los españoles rombieran el saque a Djokovic y tomaran ventaja de salida. Pero los serbios han hecho después el ‘break’ a Feliciano López (3-3) y, después, en un punto de oro Djokovic se lo rompiera a Carreño para adelantarse 5-3. Una ventaja que el número 2 mundial ha certificado con su saque para apuntarse la manga en 32 minutos.

Djokovic, decisivo

Lanzada por apuntarse el primer set la la pareja serbia ha conseguido romper de salida el servicio de Feliciano López en el segundo set para tomar ventaja de 2-0. "Creed, aún podéis", les animaban desde el banquillo español a sus compañeros. Carreño ha cerrado la sangría apuntándose el saque aunque Serbia mantenía su ventaja tras salvar un punto de oro con servicio de Djokovic y colocarse 4-2 y 5-3, ante la explosión de los aficionados serbios que llenaban las gradas del Ken Rosewall Arena.

El momento de la verdad llegaba tras el descanso (5-4). "Aún se puede", les animaba Nadal. Pero con el servicio en manos de Djokovic la dificultad era máxima. No hubo milagro. La pareja serbia no dejó escapar la ocasión para apuntarse la victoria con un juego en blanco.