Después de seis meses fuera de las pistas, Novak Djokovic ha reaparecido con fuerza en el Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada. El tenista serbio superó la primera ronda del torneo en tres sets rápidos ante Donald Young, igual que lo hizo el campeón, Roger Federer, ante el esloveno Aljaj Bedene. Sin novedad en la pista. La noticia la protagonizó posteriormente el exnúmero 1 mundial cuando se supo, según The Thimes, que hace unos días, en la reunión que mantuvieron los tenistas con los responsables del Grand Slam y la Federación Internacional de Tennis (ITF), el campeón serbio pidió la creación de un sindicato de jugadores para conseguir el aumento de las retribuciones.

Djokovic se reunió en un aparte con los jugadores presentes y un abogado laboralista y, según The Telegraph, destacó que «a los jugadores solo nos retornan un 7% de lo que ganan los Grand Slams, una cifra pequeña comparado con el 50% que reciben los jugadores de la NBA». La ATP, que actualmente representa a los jugadores y los torneos, evitó hacer ningún comentario del tema mientras Rafa Nadal advertía que «ahora es momento de jugar al tenis, tiempo habrá».

GARBIÑE, PRECAVIDA

Y con ganas de jugar también debutó ayer sobre la pista de Melbourne Garbiñe Muguruza, que se deshizo de una rival inferior, la francesa Jessika (260 mundial), con más dificultades de lo que delataba la diferencia de clasificación.

La número 3 mundial estuvo muy precavida y se impuso por 6-4 y 6-3. Muguruza lució un vendaje para proteger su abductor de la pierna derecha y cometió excesivos errores (25). «Tengo hambre de partidos», declaró la hispanovenezolana. En el torneo masculino Roberto Bautista, que venía de ganar en Auckland, se despidió en primera ronda a manos de Fernando Verdasco, semifinalista en Melbourne en el 2009, por un marcador de 6-1, 7-5 y 7-5.