Igual que hace una semana, pero diferente. El DKV Seguros Zaragoza y el Playas de Castellón vuelven a medirse en el Príncipe Felipe (12.30 horas), pero en esta ocasión con algo más importante que tres puntos en juego. Comienzan los playoff por el título y el equipo zaragozano tiene que ganar hoy para afrontar los partidos decisivos en Castellón con más posibilidades de éxito. El nombre de los equipos será el mismo que en el último partido de la Liga regular y que en la eliminatoria de cuartos de final de la temporada pasada, pero cambiará casi todo.

Para empezar, la importancia del encuentro, que acercará a quien lo gane a las semifinales, aunque, pase lo que pase, no será definitivo. Tampoco la tensión de los contendientes será la misma, ni los jugadores que salten a la pista. En el DKV, debido a lo reducido de su plantilla, sólo puede haber novedad en el capítulo de bajas, que esta semana se completa con Claudinho, duda hasta última hora, ausencia que hay que añadir a la del sancionado Nano Modrego.

Todo lo contrario sucede en las filas del Playas del Castellón, que se presentará con toda la artillería preparada para el asalto al Príncipe Felipe. Eduardo García, técnico visitante, podrá contar con Javi Rodríguez y Euler, a quienes dio descanso en el choque de la semana pasada, y con Rodrigo Lima Tatú , que ya ha cumplido su sanción. La única baja de los levantinos será Edesio, que se rompió un tendón en el Príncipe Felipe y, aunque ya ha sido operado, se perderá lo que resta de temporada.

El Playas de Castellón sigue siendo uno de los equipos importantes de la Liga española, pero no está a la altura de los más fuertes, Boomerang y El Pozo, ni en la misma tesitura que la temporada pasada, cuando se cruzó en el camino del DKV hacia el título. En aquel momento, los castellonenses acababan de levantar el título de campeones de la Copa de Europa y eran candidatos al título. Pero el equipo no es el mismo y su forma de jugar, tampoco. La calidad se mantiene, pero el ritmo de juego es más pausado y eso puede favorecer a un DKV que no llega precisamente fresco a su particular cita con la historia. Los aragoneses apelarán a la ilusión y a su fuerza como bloque para dar el primer golpe.