El DKV Seguros Zaragoza dejó ayer constancia de que no había caído en picado en su juego sino que lo sucedido en los últimos partidos bien puede considerarse un accidente. Ante los galácticos del fútbol sala, los pupilos de Chavi Ladaga realizaron un partido lleno de inteligencia y derroche físico, en el que tutearon al líder invicto, y bien pudieron romper la racha de cuatro derrotas consecutivas. Daniel, con un gol en el último segundo a la salida de un córner, lo evitó y puso el empate definitivo en el marcador.

El DKV sorprendió de salida con un planteamiento arriesgado ante un Boomerang que se vio atenazado ante la gran presión local. Así, la primera oportunidad del encuentro fue de Raúl Izquierdo, con un disparo que Jesús sacó con la punta del pie. Para entonces, el juego local ya había mejorado y pasó a dominar a su rival con claridad. Mientras tanto, el Interviú se perdía en constantes rotaciones sin resultado.

EL PRIMER TANTO El buen juego local se vio recompensado con un tanto de Fran Serrano, que puso la guinda a una buena combinación del DKV. El líder se sintió herido en su orgullo ganador y se lanzó sin fortuna al ataque. Cuando parecía que al descanso se iba a llegar con el 1-0 a favor de los locales, un penalti sobre Joan lo cambió todo. Shumacher lo transformó e igualó el partido. Además, Alexandre fue descalificado tras un rifi-rafe.

El gran dilema de la segunda parte estaba claro. ¿Sería capaz el DKV de mantener el mismo ritmo de presión de los primeros veinte minutos? Lo que sucedió parecía indicar que no. A los tres minutos de la reanudación, Orol ponía por delante al Boomerang. Con ventaja en el marcador, los madrileños se dedicaron a conservar la pelota, a manejarla y a buscar con paciencia situaciones claras de gol. El DKV, dando muestras de una enorme autoconfianza, no se vino abajo, sino todo lo contrario.

EL EMPATE El esfuerzo colectivo dio sus frutos en un minuto 39 frenético. Primero, Serrano puso el 2-2 y, a continuación, Modrego adelantó al DKV al transformar un doble penalti que se coló por debajo de las piernas de Jesús Clavería. El delirio se desató en el Príncipe Felipe, ya que el líder invicto de la División de Honor estaba a punto de ser derrotado.

Sólo faltaba un minuto para que el partido concluyera y la fiesta se estaba preparando. Pero, el Interviú Boomerang no se rindió, se lanzó al ataque, luchó hasta el último segundo y obtuvo su fruto. Cuando el público ya cantaba el triunfo local, Daniel, de cabeza en un córner, evitaba lo que el DKV merecía: romper su mala racha y darle la que hubiera sido una merecidísima victoria a un equipo al que le solamente le faltó un golpe de fortuna.