Íñigo Eguaras hace mejor al Real Zaragoza. El joven centrocampista criado en Lezama tiene la destreza de conseguir dar sentido al juego del equipo cuando el esférico está bajo su poder. Desde su posición de pivote por delante de la defensa se ha consagrado como la brújula del equipo, una herramienta cuyas agujas apuntan en dirección a la portería contraria. Su labor hace funcionar los engranajes que figuran dentro del libreto de Natxo González, basado en el pase y con sus bases en el juego de posición. Pero esta misión de creación no se limita al pase, Eguaras también se ha consagrado como un excelente recuperador en el medio. Un jugador total.

El centrocampista navarro no consiguió alcanzar la regularidad que requiere su perfil, sobre todo en los primeros compases del campeonato. Con el paso de las jornadas se fue atisbando que su gestión del balón era un elemento de vital importancia en los esquemas del preparador vitoriano, así lo ha demostrado en esta recién comenzada segunda vuelta. La habilidad para superar barreras enemigas al filtrar pases entre líneas hacen de Eguaras un jugador de peso en la categoría.

Eguaras es el segundo futbolista que más pases realiza de toda la Segunda División, con 1.412 -el primero es Yeray, de la Cultural, con 1.724-. Su capacidad de distribución queda reflejada en la eficiencia de sus pases hacia delante, con un total de 653. En esta faceta destaca de forma casi sobresaliente. Cerca del 90% de los pases que reparte desde su propio campo acaba en éxito, tanto en corto como el largo, ya que su porcentaje de acierto mediante envíos lejanos también roza la excelencia.

El gol del triunfo frente al Tenerife nace de una conducción de Eguaras. El navarro ganó terreno con la pelota para acabar filtrando con escuadra y cartabón un envío directo a los pies de Borja. Este se la entregó con delicadeza a Jorge Pombo para que anotase y firmar así el gol del triunfo.

Fue un pase lleno de veneno que arrasó a sus oponentes. Esa facilidad para poner la pelota donde fija su ojo se pudo apreciar en el tanto de Grippo frente al Rayo Vallecano. El centro desde el carril zurdo fue servido en bandeja de plata al punto exacto para que el baluarte suizo solo tuviera que posicionarse para armar la cabeza y poner el tanto en el marcador.

Sin embargo, el de Ansoáin no solo destaca en esta faceta. Es el jugador que más veces le ha arrebatado el esférico al rival, con un total de 203, aunque no está solo en el liderato de esta faceta ya que Rubén Alcaraz, del Almería, cuenta con las mismas cifras en materia de recuperación.

Íñigo Eguaras copa los primeros puestos en las estadísticas referentes a los centrocampistas. Un jugador polifacético. Aunque estos datos no muestran la realidad de su evolución, puesto que sus homónimos en el centro del campo han disputado muchos más minutos que el jugador zaragocista. Tanto en labores de distribución como en recuperación destaca Eguaras, un futbolista que orquesta los movimientos del conjunto aragonés