Un doblete de Lionel Messi dio aire al Barcelona en el Amsterdam Arena, donde ganó al Ajax (0-2) y se clasificó para los octavos de final de la Liga de Campeones, en un partido en el que el conjunto azulgrana recuperó parte de su esencia, especialmente en la segunda mitad. Salió el Barça con ganas de revertir la imagen de los últimos partidos y recordarle al mundo que, pese a las dudas y las últimas derrotas, aún sigue siendo aquel equipo que amaba el fútbol de posesión y toque por encima de todo.

El gol anulado a Neymar por fuera de juego al inicio del partido parecía una buena señal, y también la hiperactividad de Xavi, de nuevo al mando de las operaciones azulgranas el día que igualaba a su amigo Casillas como el rey de la Champions, con nada menos que 144 partidos disputados en la máxima competición continental. Sin embargo, el Ajax no pareció impresionado por la fulgurante salida del rival y, poco a poco, fue haciéndose con el dominio del partido, como ya sucediera en su estadio hace ahora un año.

Fue una breve fase de agobio para los de Luis Enrique que se limitaban a achicar balones mientras ganaban algo de aire detrás. El astro argentino acababa de igualar, con 71 tantos, al exmadridista Raúl como máximo goleador de la historia del Champions. Y se fue a por el tercero, dispuesto a batir el récord. Lo intentó una y otra vez, pero le faltó suerte en la definición. El marcador ya no se movió, pero el Barça se olvidó de su semana negra certificando su pase a la siguiente ronda. Ahora, se jugará la primera plaza con el PSG.