Con sus 2,19 metros de altura, Laszlo Dobos se marchó a Logroño para seguir creciendo. Aunque no se pueda entrenar con el primer equipo del CAI como hacía hasta hace un par de meses, el pívot ha pasado de la Liga EBA a la LEB Oro, a jugar 20 minutos con un equipo que va a disputar el playoff de ascenso. Y está encantado. "Estoy muy bien, han sido unos meses muy positivos. Ahora solo falta un partido de Liga regular y luego jugaremos el playoff, según los resultados, contra Burgos, Palencia o Lugo. Van a ser unas semanas muy duras y vamos a intentar jugar mejor y mejor cada día para ayudar al equipo", explica el húngaro.

Particularmente ha notado el cambio. "Juego 20 minutos por partido, según las faltas, me ayuda mucho y es una buena experienca para mí. Poder disputar la LEB Oro es una buena oportunidad para acercar distancias entre mi nivel y el nivel de la ACB para seguir mejorando". Ayer pudo volver al Príncipe Felipe, donde ha trabajado tantas y tantas horas, para enfrentarse a los que hasta hace nada vestían su misma camiseta. "El primer cuarto estaba muy nervioso porque eran mis compañeros, tengo muy buena relación con ellos", confiesa Dobos.

Jesús Sala, el técnico del Cocinas.com, le dio la titularidad ayer y le iba corrigiendo y animando, con mimo y exigencia a la vez. Con 2,19 es un diamante en bruto, todavía por pulir. Le pedían buenos bloqueos e intensidad en las acciones. Con su envergadura, tocar los balones que sobrevuelan el aro es relativamente fácil, otra cosa es atraparlos o ganar la posición. Se vio las caras primero con Fontet y, luego, con Norel. El húngaro se atrevió incluso con un par de ganchos ante el holandés, aunque también recibió alguno. Dobos terminó el partido con 12 puntos y dejando buenas sensaciones, aunque todavía le queda camino por recorrer. Cuando termine la temporada en el Clavijo volverá al CAI Zaragoza, club que tiene sus derechos desde el 2012, y en el que ha podido debutar esta temporada en competición europea.