En ocasiones obra del azar, otras veces cuestión de genética, el mundo del deporte está lleno de hermanos que han conseguido llegar a la élite en el deporte. Y Aragón puede presumir de algunos de leyenda, parejas fraternales que han marcado la historia deportiva de la comunidad. No en vano, el mejor jugador de la historia del Zaragoza, Carlos Lapetra, y el más célebre del ya extinto Club Baloncesto Zaragoza, Fernando Arcega, tuvieron la cortesía de no absorber todo el talento familiar, que también dio de sí para Ricardo Lapetra y José Ángel Arcega.

Testigos y culpables de la época de esplendor del CB Zaragoza, los hermanos Arcega disputaron más de diez temporadas en un equipo que ganó dos Copas del Rey y fue la alternativa a los dos grandes. Desde la primera temporada del equipo aragonés en la ACB, la 83-84, vieron pasar éxitos y cambios de nombre y no se marcharon hasta que no les quedó más remedio. José Ángel, el pequeño, 64 veces internacional con España, en la 95-96, año de desaparición del club, y Fernando, plata en dos Eurobasket y en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, un año antes, momento de su adiós a las canchas. Del cielo del Príncipe Felipe aún cuelga su camiseta, retirada en reconocimiento a sus méritos. Y la familia aún crió a un tercer baloncestista, Joaquín, que hizo una notable carrera en Portugal.

Otro notable deportista aragonés, Alberto Angulo, fue compañero de los Arcega en Zaragoza. Más tarde, llegaría al Madrid para ganar la ACB y una Euroliga. Allí compartió equipo con su hermano Lucio, al que le había dado tiempo a jugar en el CB Zaragoza en las dos últimas temporadas del club. Y, más allá del baloncesto, está Carlos Lapetra. Un apellido que aparecía, junto al de Luis Suárez o José Ángel Iribar, entre los nombres de la alineación de la final de la Eurocopa del 64, la primera que ganó la selección española. Y que lució

también en los onces del Zaragoza durante diez temporadas, ganando dos Copas del Generalísimo y una de Ferias. Y viene de familia. Ricardo, su hermano, jugó tres años en el Zaragoza.

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Aunque lejos de aquel esplendor, varias sagas familiares toman hoy el testigo en múltiples deportes. Ángel, jugador del Getafe, y Nacho Lafita, futbolista de la Tercera aragonesa, o Ignacio, mediocentro del Málaga, y Juanjo Camacho, capitán del Huesca, son quizá los casos más conocidos. Pero hay más. El waterpolo cuenta con Pablo y Enrique García, la natación con los Triviño, el balonmano con Lidia y Alberto Novella; también aparecen los boxeadores Gurría, las jugadoras de pádel Sánchez Alayeto, los especialistas en carreras de montaña Roberto y Pilar Prades, los velocistas Javier y Daniel Portolés o Raúl y Óscar Carreras, tercero y cuarto en el maratón de Dubai. En el fútbol encontramos a Pulga y Charly Martínez y David e Iván Villuendas, jugadores de Tercera División.

También hay hermanos que han llegado a la élite en deportes diferentes, como los Esparcia o Santi y Juan Basmalis, portero del Umacón uno y exjugador del BM Aragón otro (ahora milita en Francia). "Mi padre de joven hacía baloncesto. Igual la genética sí tiene algo que ver", explica Juan. En cualquier caso, los deportistas se entienden, y tener un confidente en casa no viene mal. "Mi hermano subió al primer equipo con 18 años. Al principio no jugaba, como yo ahora, pero me aconseja que hay que saber esperar", afirma Santi.