Las sospechas de dopaje vuelven al deporte ruso. Ahora, la acusación llega a la selección de fútbol, que ha cuajado un Mundial histórico como anfitriona. Según publicó el rotativo alemán Bild, los jugadores de Rusia esnifaron amoniaco para mejorar su rendimiento durante los partidos del Mundial. Lo hicieron ante España y luego ante Croacia. Y lo han admitido.

En un reportaje sobre cómo mejorar el rendimiento deportivo publicado por el diario muniqués Süddeutsche Zeitung, un directivo de la federación rusa explicó que uno de los cuatro suplentes del combinado dirigido por Stanislav Cherchesov esnifó amoniaco impregnado en una bola de algodón antes de saltar al terreno de juego para medirse con España en octavos de final. El objetivo era mejorar el rendimiento del futbolista a través de una sustancia que, sin embargo, no está prohibida por los reglamentos antidopaje internacionales.

El amoniaco estimula la respiración y mejora el flujo de oxígeno en la sangre, algo que podría explicar la frescura de los futbolistas rusos durante las dos prórrogas disputadas (ante España y Croacia). Süddeutsche Zeitung asegura que «la federación rusa actuó con el amoniaco como si se tratara de algo tan común como usar champú en la ducha». Los periodistas de Bild lo contrastaron.

En los cuartos de final contra Croacia, un duelo en el que se llegó también a los penaltis, analizaron al detalle el comportamiento de los futbolistas rusos y, según publican, observaron cómo varios jugadores se restregaban la nariz, detalle que para el rotativo alemán supone un claro indicio de que la selección esnifa amoniaco de forma habitual.

Paulino Granero, el preparador físico de Rusia hasta este Mundial, salió al paso de esas sospechas con contundencia. «El amoniaco no forma parte de la lista de sustancias prohibidas y puede ser hasta perjudicial. Yo no creo en eso. No está comprobado que mejore el rendimiento», apuntó el técnico andaluz en la cadena COPE.

Granero no negó que los futbolistas rusos se apliquen este producto, habitual por ejemplo en la halterofilia, pero lo separó por completo del notable torneo de la selección. «Me parece una chorrada, una tontería, que no inventen nada ni los alemanes ni los ingleses ni los americanos. Los jugadores han corrido esa distancia porque han trabajado duramente durante meses», concluyó Granero.