"Todavía no me he recuperado del todo. He pasado toda la semana descansando, sin entrenarme, así que mi rendimiento es una incógnita", relata Maribel Moreno que, pese a todo, no podía perderse el Giro de Italia que comienza esta noche con una prólogo de 2.8 kilómetros en Pordenone. Juan Carlos Martín, seleccionador nacional, ya tiene claro que Joane Somarriba y Dori Ruano estarán en Atenas, pero falta un nombre en la terna de elegidas, una plaza para el viaje al Olimpo que sólo pueden ocupar dos ciclistas, Maribel Moreno o Eneritz Iturriaga. Ambas se verán las caras ahora para batirse en un singular duelo por las carreteras italianas. La aragonesa forma parte de la selección española, mientras que Iturriaga corre con el maillot del Let´s Go Finland.

Preparación rota

Los Juegos Olímpicos del próximo mes de agosto son el gran objetivo de Maribel Moreno, pero ahora los tiene más lejanos que hace dos semanas. La ciclista serrablesa había programado su preparación anual para brillar en una de las pocas pruebas que todavía no figuran en su palmarés, después de conseguir el oro en Nacionales y Europeos, pero, de pronto, "todo se ha ido al garete". Maribel había rendido a un gran nivel en Canadá a finales de mayo, tanto en la Copa del Mundo femenina como en Le Tour du Grand Montreal. En ambas pruebas concluyó como segunda mejor española, sólo por detrás de Dori Ruano.

Todo según lo previsto. Hasta que comenzó a sentirse mal. Inflamación del páncreas, dolor de estómago, pero ningún médico ha sabido decirle qué le pasa, por qué le pasa y cómo se cura. "Ni los médicos saben lo que tengo. Yo sólo puedo decir que no estoy bien, que no he podido rendir como pretendía en los Campeonatos de España y que eso me ha afectado anímicamente, porque no paro de darle vueltas a la cabeza", explica Moreno, cuya mayor ilusión sigue siendo pasar el mes de agosto en Atenas.

El pasado fin de semana disputó, en pleno proceso vírico, el Campeonato de España y, pese a las dudas, la enfermedad y todos los problemas, acabó en decimotercera posición en ruta y quinta en la crono. "Los médicos me aconsejaron un mes de reposo, pero si les hubiera hecho caso, hubiera renunciado a los Juegos y después de un año entero de trabajo sería una decepción quedarme fuera, sería un objetivo no cumplido", añade la aragonesa. La resolución de la incógnita se aproxima. Maribel tiene nueve días y 900 kilómetros por delante para convencer a Juan Carlos Martín de que puede ser una de las grandes bazas españolas en Atenas.