Atrás quedan aquellos años donde el Ebro era todo un embrión. Su nombre resultaba prácticamente desconocido para la inmensa mayoría de la Segunda B. Fueron sus méritos deportivos los que les permitieron comenzar a hacerse un hueco en la tercera categoría del fútbol español, sobre todo cuando fueron incrustados en el grupo III. El lugar donde se congregan los equipos más poderosos y que, año tras año, ven cómo aumenta una competitividad salvaje. «Los que llevamos tiempo en este fútbol hemos alucinado con el crecimiento del Ebro», asevera Manolo González, el encargado de tomar el testigo del legado iniciado por Emilio Larraz.

A partir de esta jungla futbolística ha ido evolucionando el club de La Almozara. Un equipo de barrio, envuelto por casas humildes, custodiado por la orilla del río Ebro. Hasta ahora, el tándem compuesto por Ander Garitano en la direccción deportiva y Emilio Larraz en los banquillos había resultado tremendamente exitoso. Ese vínculo llegó a su final con la marcha del preparador zaragozano al Racing de Ferrol. Su sucesor es Manolo Martínez, un hombre de gran reputación en el fútbol mediterráneo. Conocido por su extraordinaria labor en el Badalona, donde casi se clasificó para la promoción de ascenso a Segunda. El orfebre del récord de siete victorias consecutivas en el grupo III.

El técnico nacido en Galicia quiere crecer a la par que el club. Además de tratar de llevar a los aragoneses hacia cotas más elevadas. «El Ebro tiene una estructura modélica. Los futbolistas miran al club de forma distinta, porque la excelente temporada que se hizo el año pasado tuvo mucha repercusión», relató el entrenador. La mejor muestra para palpar la madurez institucional del Ebro es observar su plantilla. Por primera vez se ha conseguido amarrar la gran parte del bloque, incluido muchas de las estrellas del pasado curso. Aquellos jugadores que dejaron al conjunto zaragozano al borde de la promoción de ascenso después de un tramo final de Liga estratosférico. Adri Cuevas, Michele Diana, Salva, Gerrit, «o Javi Cabezas, que para mí tiene nivel para estar en Segunda», asevera Manolo.

En el apartado de llegadas también se han producido una serie de fichajes interesantes, los clásicos jugadores que encontrarán en La Almozara el nido idóneo para crecer o estabilizarse. Nombres como Luca Ferrone, Sandro Toscano o Sergio Cortés, un extremo afilado que puede tener un gran impacto en el plantel arlequinado. Una plantilla con más fondo de armario, sobre todo teniendo en cuenta el ambicioso cruce de Copa del Rey que el club aragonés disputará en Marbella. «Queremos hacerlo bien en Liga, pero tenemos la opción de pelear por seguir en la Copa y es un bonito derecho que nos ganamos el curso pasado».

El Ebro arrancará hoy (19.00 h.) su cuarta temporada en Segunda B en la Ciudad Deportiva del Valencia Mestalla. Se trata de un inicio exigente ante un temido filial; hervideros de calidad y fino talento. Pero el equipo arlequinado ya ha demostrado ser capaz de tumbar a cualquiera.