La notable mejoría experimentada por el Ebro no le sirvió para ganar y no pudo pasar del empate. A pesar de todo no se puede quejar, pues el Andorra jugó con un jugador más todo el segundo tiempo, pero no fue capaz de imponerse en el marcador.

El encuentro comenzó bien para los locales, que tuvieron dominado el juego gracias a la buena labor de Diarte en el centro del campo. El fue el mejor de los locales en este periodo, y de sus botas salió la mejor jugada de los arlequinados, cuando un pase suyo a Rillo le sirvió a este último para driblar a un defensa y lograr una buena posición de disparo, lástima que el tiro salió rozando el palo. El Ebro siguió dominando el juego de ahí al final de la primera parte, pero ya no tuvo más ocasiones para marcar, ante un Andorra que no tiró ni una vez a portería en este periodo.

Todo cambió en el segundo tiempo. El Andorra salió con más mordiente, y Javi García pudo adelantar a los turolenses. A los nueve minutos llegó el mazazo para los locales, que con la expulsión de Romanos se quedaron con un hombre menos sobre el terreno de juego. Entonces los locales tuvieron que replegarse, consiguiendo que el Andorra no llegara con peligro a la meta de Monserrate. Pese a jugar con diez, el Ebro pudo marcar en el minuto sesenta y nueve, pero el meta visitante salvó en la línea. Monserrate puso la réplica salvando el gol de Martínez tras un gran disparo. Los minutos fueron pasando y se llegó al pitido final con el empate inicial.

En resumen, un reparto de puntos con el que el Ebro pone fin a siete derrotas consecutivas, pero que vale de poco a ambos equipos.