Bromeaba Manolo Sanlúcar, entrenador del Ebro, una vez conocido que el rival para la Copa del Rey era el Leganés: «Le tenemos que echar la bronca a Salva, no ha sido capaz», comentaba con una media sonrisa. El meta del conjunto arlequinado fue la mano inocente en la Real Federación Española de Fútbol en el sorteo de los dieciseisavos de la Copa, pero la fortuna no acompañó al club de La Almozara. No hubo fiesta.

Entrenó el equipo en el Pedro Sancho en una sesión matinal y, a la conclusión, los jugadores se acercaron a la sala de prensa del campo para seguir en una pantalla el sorteo. Había que salir entre las cuatro primeras bolas y la responsabilidad la tenía Salva, que no negó en el sorteo que quería al Real Madrid o al Barcelona y que fue ovacionado por sus compañeros desde la distancia, pero conforme se abrían las bolas el grado de ilusión iba decayendo.

Salió primero el Ibiza-Barcelona y todavía había esperanza. Segundo apareció el Valencia, rival del año pasado, que le cayó a la UD Logroñés. Seis candidatos para el Atlético y el Real Madrid y en el seno del Ebro todavía residía un atisbo de ilusión. A la Cultural Leonesa, verdugo del Huesca, le cayeron los rojiblancos y, cuando Salva nombró al Unionistas de Salamanca, cundió la desilusión. Había un 50% de posibilidades, pero la fortuna, de nuevo, no sonrió al Ebro.

De todos modos, todavía había equipos más que apetecibles en el bombo, si bien la fiesta y la celebración no iba a ser igual. En la quinta bola hubo premio. «¡Ahora ya tarde!», se escuchó en la sala. Acto seguido, la diosa fortuna quiso que fuese el Leganés y en la familia del Ebro había cierto grado de decepción. Sí, se recibe a un rival de Primera, pero había muchos equipos con más trayectoria en la élite y con capacidad de atraer más personas. No hubo celebración.

Manolo Sanlúcar, como hizo Salva al comienzo del sorteo, evidenció que el deseo de la entidad, como es lógico al tratarse de un club humilde de Segunda B, eran «esos equipos que son de primer nivel mundial», pero también quiso ver el vaso medio lleno: «Nuestra suerte era estar en el bombo. Tenemos que estar contentos por recibir a un equipo de Primera como el Leganés», expuso el técnico.

Sobre el conjunto madrileño, Sanlúcar resaltó que «es un club que está haciendo las cosas muy bien en Primera desde hace tiempo». Además, deseó que su equipo sea capaz de «aprovechar sus oportunidades si el Leganés se equivoca, se despista o no da su mejor nivel».

El terreno de juego iba a depender de la entidad del rival por la capacidad de atraer aficionados y finalmente el partido ante el Leganés será en el Pedro Sancho el jueves 23 de enero a las 19.00 horas, que era además la opción preferida por el entrenador, tal y como reconoció tras conocerse el resultado del sorteo, porque «entrenamos y jugamos ahí».

Y tras el revuelo por el sorteo, el Ebro debe cambiar el chip de forma inmediata a la Liga porque los arlequinados reciben a las 16.00 horas al Olot con la ambición de escaparse más de la zona roja y acercarse a los puestos de Copa. Además, el Ejea visita a las 20.00 horas al colista, el Orihuela, con la necesidad de ganar ya que, en caso de no hacerlo, podría caer al playout o al descenso.