El escándalo del dopaje en Estados Unidos está siendo increíblemente nocivo para la imagen de todo el deporte del país y su Comité Olímpico (USOC) acaba de lanzar una seria advertencia a la Federación más implicada, la de Atletismo: el control va a ser extremo en los Juegos de Atenas.

Ha sido el presidente del USOC, Jim Scherr, el que ha lanzado la advertencia y ha criticado con dureza a la Federación de Atletismo, con la que el Comité mantiene tensas relaciones desde hace años. En una entrevista publicada ayer en The New York Times , Scherr responsabiliza a la Federación de mantener una situación preocupante a tres semanas del inicio de la cita olímpica. "O no han hecho lo suficiente o han sido negligentes o han esquivado su responsabilidad", afirma Scherr. "Ha habido una actitud y un liderazgo entre la gente influyente en ese deporte que, simplemente, no es aceptable. No se tomaron el asunto tan en serio como debían haberlo hecho", añade.

DEFENSA Y TENSION Los directivos de la federación de Atletismo, a la que pertenecen 11 de los 22 deportistas sancionados este año por la Agencia Antidopaje estadounidense, han tratado de defenderse, aunque su argumento crea una imagen aún peor de la situación general del deporte en EEUU. "Este no es un problema exclusivo del atletismo, es un problema del deporte en América", ha declarado el presidente de la Federación, Craig Masback. El fue quien, el mes pasado, cuando el escándalo de los laboratorios Balco ya había llegado a los tribunales, identificó el problema como "una pequeña subcultura" de tramposos.

La última reprimenda del Comité Olímpico a la Federación de Atletismo renueva las tensiones entre ambos. Ya en el 2002, el USOC amenazó a la Federación con quitarle su certificado y le exigió una mejora en sus informes sobre finanzas e instalaciones para controles antidopaje. El año pasado la misma amenaza llegó por la falta de cooperación de la Federación en el caso de Jerome Young, un corredor que fue encontrado culpable de dopaje en el 2000 y al que el organismo protegió. Todo esto se ve salpicado con acusaciones como las de los últimos días sobre Marion Jones.