Un solitario gol del central eibarrés Burgos al inicio del partido terminó por enterrar las ilusiones del Atlético de alejar en la clasificación a sus perseguidos por los puestos de Champions, el objetivo con el que se tiene que contentar un Simeone que, pese a su ambición en la alineación, primero fue inferior y después incapaz de concretar su mejoría en un gol.

Simeone no esperó al segundo tiempo para recurrir a Saúl en el lateral izquierdo, con el fin de potenciar las transiciones con Correa y Vitolo en las bandas, pero eso no dejó al Atlético sin uno de sus recurrentes malos primeros tiempos.

El dinámico inicio del Eibar tuvo premio pronto gracias a un cabezazo de Burgos, tras el toque de Enrich, gracias a la intervención del videoarbitraje para legalizar el remate. El plan de Mendilibar cogió cuerpo con la ventaja en el marcador, la presión funcionó con intensidad, el partido se jugó en campo rojiblanco y el ritmo eibarrés ahogó a un Atlético que solo se estiró en la primera aparición de Vitolo, que propició la primera ocasión de Correa, ya casi a la media hora.

Fue la mejor ocasión válida, coartado por el fuera de juego, de un Atlético permanentemente incómodo en Ipurua. La de necesidad de buscar soluciones volvió a ser la principal preocupación de Simeone al descanso.

La mejoría en las sensaciones atléticas llegaron impulsadas por el despliegue enrabietado y propositivo del equipo, que no empató en ese tramo por las imprecisiones en los últimos metros. Al Eibar le costó encontrar contragolpes, aunque no se encerró en su área ante la creciente fluidez de las transiciones del Atlético.

Entre tímidas llegadas rojiblancas, propiciadas, sobre todo por las apariciones de Vitolo, también por las subidas del lateral Saúl o la motivación de Joao Félix; el tramo final del partido se le echó encima a Simeone sin atisbos de remontada y sin recursos del primer equipo en el banquillo para modificar el ataque.

Entró en canterano Sergio Camello en busca del milagro, también Óscar Clemente, pero el que volvió a marca fue el Eibar gracias a un disparo seco de Expósito sobre el final.