La salida de la decimoctava etapa de la próxima Vuelta a España desde Ejea de los Caballeros rumbo a Lérida supone el regreso de la ronda española a tierras aragonesas después de un año de ausencia. La edición del 2018 fue presentada ayer en Estepona, Málaga, destacando su dureza con nueve llegadas en alto y una importante presencia de la montaña, así como una crono larga en Andorra justo antes del final en Madrid. Hacia allí se dirigirá el pelotón cuando salga de Ejea el 13 de septiembre camino de Lérida, desde donde llegará a Andorra.

Aragón recupera así un protagonismo habitual en la Vuelta a España. La carrera del 2017 no pisó suelo aragonés, pero en la última década ha acostumbrado a ser escenario de la Vuelta. En el 2016 hubo dos etapas que pasaron por Aragón, una de Sabiñánigo a Formigal y otra de Alcañiz a Peñíscola. En el 2015 hubo una jornada íntegra en territorio aragonés entre Calatayud y Tarazona. En el 2014 Valdelinares acogió un final en alto de esa ronda y hubo otra etapa entre el Monasterio de Veruela y Borja. En el 2013 fueron tres las etapas con sabor aragonés, una contrarreloj individual en Tarazona, una salida en Maella con final en Tarragona y una etapa Graus-Sallent de Gállego. En el 2012 fueron dos jornadas en Aragón, una Tarazona-Jaca y, la siguiente, Jaca-Alcañiz.

Del 2009 al 2011 Aragón no tuvo ninguna presencia en la Vuelta. En el 2007 y el 2008 contó con tres etapas en cada una de las ediciones. El 2008, año de la Expo, fue el último en el que Zaragoza fue llegada de una etapa, la que había arrancado en Sabiñánigo. El 13 de septiembre será Ejea de los Caballeros la que acoja una salida de etapa, reforzando así la apuesta que esta localidad hace por este deporte y que se ve reflejada en las jornadas anuales «Educando con el ciclismo», que son un éxito.