Luis María Garriga, saltador de altura olímpico en Tokio 64 y Mexico 68, canalizó la experiencia que le daba su condición de deportista de élite para dedicarse a la gestión deportiva. "El deporte fue fundamental. Se abrió ante mí un mundo diferente; te da la posibilidad de relacionarte, de conocer personas. Uno debe administrar lo que tiene", admite. Ha sido Concejal en el Ayuntamiento de Zaragoza y Asesor de Deportes del consistorio, pero también ha hecho carrera en la política de forma autónoma. Natural de Borja, fue alcalde del municipio aragonés en dos etapas, una como candidato independiente y otra con el PAR. En su época de atleta, en cambio, no tenía tiempo para pensar cuál sería su quehacer después de retirarse. "Yo estaba inmerso en el deporte, lo único que quería era saltar lo más alto posible. No me planteaba nada. Pero tuve la fortuna de conseguir un trabajo en Adidas como jefe de relaciones públicas", explica. El camino le llegó solo, pero pronto reconocería su vocación. "Pedí la excendencia, porque la gestión municipal me gustaba, sobre todo enfocada en el ámbito deportivo", reconoce. "También salió la posibilidad de colaborar con la candidatura de Jaca para los Juegos de invierno. Eso me permitió seguir relacionándome con el olimpismo", dice.