No era fácil pensar allá por agosto, en ese estreno liguero en Huelva en el que Víctor Muñoz tenía que tirar del filial hacia abajo y sacar jugadores de su puesto para conformar un once, que diez jornadas después se podría dar por seguro el equipo que va a jugar esta jornada. Ya no está Adán Pérez en el club, ni es necesario Diogo en el mediocentro, y Muñoz ha vuelto a su lugar natural, el equipo de División de Honor Juvenil. El paso de las jornadas ha ido ajustando un once en el que han ido encajando las piezas al gusto del técnico y de las exigencias. "Ahora el equipo se hace solo", dijo ayer Víctor, que completó la frase con aquello de "a ver qué alineación sacamos" y tal casi por no perder la costumbre. La realidad es que no hay dudas. Repetirá el once que ganó en Alcorcón, en la que Jaime ocupó el lugar de Javi Álamo por primera vez. Del resto, no hay nada que discutir. Ni en el doble pivote, ni atrás, ni en la dupla de arriba. Tampoco en la portería, menos ahora que Bono faltará un mes por lesión.

No pasa lo mismo con la convocatoria, en la que cada vez aparecen más opciones. La recuperación de algunos lesionados como Pedro, Basha y Rico, así como la puesta a punto de otros, obligará al técnico a dar tres descartes hoy, tras una semana atípica en la que el día del partido fue alterado sobre la marcha. "El plan lo hemos tenido que modificar, la preparación del partido ha sido distinta y también la distribución de las cargas. Pero nos adaptamos e intentaremos llegar al partido lo mejor posible, no sirve para nada hablar de otra cosa. Después hay tiempo suficiente para recuperarse y adaptar los entrenamientos para llegar a Gijón, pero cuando juguemos nosotros a última hora ya habrán jugado todos los demás".

Será un partido diferente, por ese horario de lunes noche poco habitual. Preocupa, obviamente, que baje notablemente la asistencia en La Romareda, donde la grada se ha convertido en pieza clave hasta el momento. "Esperemos tener mucho calor de nuestro público. Hay motivos suficientes para que la afición esté con nosotros aunque sea un poco tarde. Jugar en La Romareda a las 9 de la noche puede ser atractivo para nuestra afición, que nos está apoyando en todos los encuentros".

Tras alcanzar la zona de promoción de ascenso en Alcorcón, el siguiente objetivo sería entrar entre los dos primeros, aunque es algo que no obsesiona a Víctor. "Yo no pienso en meterme más arriba, solo en ganar puntos. La presión nos la tenemos que meter nosotros mismos. Cuando los jugadores se ponen la camiseta del Zaragoza o pisan La Romareda, esto supone una motivación especial. Al final, si el Zaragoza no está en una zona positiva sería un problema para todos. En eso estamos, en ir mejorando cada día y en tratar de mantener la intensidad que demostramos en algunos momentos que tenemos".

LA PRIMAVERA DEL ASCENSO Es sabido que el discurso habitual de los entrenadores se refiere a la longitud de la temporada, más aún en Segunda, con cuatro jornadas añadidas más los partidos de promoción de ascenso, en su caso. "Yo quiero ganar al Tenerife, conseguir tres puntos, ir sumando. Los ascensos se consuman en los meses de mayo o junio. Hablar ahora mismo no sirve de nada. Ahora estamos en ganar al Tenerife, un rival que es difícil. Cuando llegue la primavera ya veremos si tenemos opciones reales o no".

Víctor, que busca la perfección en su equipo, quiere que estire sus mejores momentos sobre el campo para alcanzar la regularidad que les dará el éxito. Aun así, está satisfecho. "El Zaragoza puede ganar a cualquier equipo, incluso hasta equipo de Primera. Pero hay que tener regularidad y darle continuidad a los buenos resultados a lo largo de toda la temporada. Al final nos veremos donde nos corresponda. Si tuviéramos seis puntos más o seis menos, diría lo mismo. Ojalá que al final estemos en los lugares de arriba, pero de momento pensamos solo en otra victoria importante".