El presidente del Benfica, Luís Felipe Vieira, pronosticó que el guardameta español Roberto Jiménez, vendido por 8,6 millones de euros al Zaragoza, será "dentro de muy poco tiempo", una de las referencias "mundiales en su puesto". El portero madrileño vuelve a la liga española con un contrato por cinco temporadas y deja atrás una campaña difícil en tierras lusas, donde no acabó de ganarse la confianza de la afición por algunos deslices en su juego. En declaraciones al diario "A Bola", Vieira explicó que el cancerbero fue "víctima de las circunstancias" en Portugal, en alusión a su criticado rendimiento, e insistió en defender el valor del jugador, que "nunca estuvo en cuestión", en palabras del dirigente. "Roberto valdrá mucho más que aquello por lo fue vendido", remarcó el responsable encarnado, que tramitó la compra del jugador al Atlético de Madrid en 2010 por 8,5 millones de euros, la tercera contratación más cara de la historia del Benfica, el club estandarte en Portugal. La prensa lusa aplaudió hoy la venta del español, calificada como "sorprendente" e "irreprochable", y que entra en el noveno puesto de las mayores ventas en la centenaria historia del Benfica. El diario "Record" concluyó que se resolvía así "uno de los grandes problemas" del Benfica y dio su adiós al español sin rebajar sus críticas a su juego: "Entró en el estadio de la Luz con el pie izquierdo y de allí sale... con el mismo pie". El jugador, de 25 años, se ganó fuertes reproches por sus repetidos fallos en el inicio de la temporada que la afición benfiquista nunca perdonó y a los que atribuyó algunas de sus más sonadas derrotas. En su corta carrera en el Benfica, Roberto jugó 41 partidos oficiales, en los que se caracterizó por su irregularidad bajo los palos al alternar actuaciones desafortunadas con exhibiciones de clase. A pesar de su imponente físico -ronda los 1,93 metros de estatura-, el guardameta evidenció graves lagunas en el juego aéreo, compensadas con unos ágiles reflejos en las salidas y en los balones rasos. No obstante, algunas de sus actuaciones aún se recuerdan entre la afición encarnada, como el partido liguero perdido contra el Oporto en casa el pasado abril, cuando despejó a gol un centro y cometió un penalti sobre el colombiano Falcao. Ya en las últimas ruedas de prensa el entrenador del Benfica, Jorge Jesús, valoraba la posibilidad de que fuera prestado por un año para ganar experiencia y regresar más adelante al Benfica. Este sorprendente desenlace le devuelve a la casa donde ya jugó en la segunda parte de la Liga 2009-2010 cedido por el Atlético de Madrid. Roberto confesó ayer que su deseo hubiese sido seguir la temporada anterior en el equipo aragonés y que, por eso, su regreso supone que "lo que tenía que haber ocurrido en 2010 se ha retrasado un año". Sobre su estancia en Portugal, el jugador reprochó a la afición lusa sus críticas "desde el primer minuto", aunque también reconoció que a estas circunstancias se sumó el que su adaptación no fuera "lo fácil" que hubiese deseado.