—¿Concibe un futuro fuera del Zaragoza? Si dentro de un tiempo no tiene tantas oportunidades de jugar…

—Ni pienso en eso, tengo ganas de triunfar en el Zaragoza, de jugar lo máximo posible y de ayudar al equipo a lograr sus objetivos. Y nada más. Yo tengo contrato hasta el 2019, pero ahora mismo firmaría estar toda la vida en el Zaragoza, aunque nunca sabes qué va a pasar.

—Lo que sí ha demostrado el actual proyecto es que la cantera cuenta. Pombo, Lasure, Ratón, Raí, Zalaya, Guti, usted…

—Se ve claro que muchos jugadores del filial han subido, que estamos al nivel de todos y, los que tienen la oportunidad de jugar, están demostrando que valen para ayudar al Real Zaragoza.

—¿Y qué les dice a los que no juegan? Raí y Zalaya no han tenido ni un minuto en esta Liga.

—Es que es muy complicado llegar y mantenerse, todos tenemos la ilusión y ojalá estemos un día todos en el campo. Zalaya es un chico joven, tiene que seguir luchando y va a demostrar sus condiciones en cuanto se le dé la ocasión. Y Raí, cuando entre, mostrará la calidad y el desborde.

—¿Cree que los canteranos suponen un plus de responsabilidad y de compromiso mayor que el resto de jugadores?

—Creo que no. Aquí por lo menos, no. Todos tenemos esa ilusión, esa ambición y el compromiso de querer hacerlo bien y de jugar en el Zaragoza.

—Hay aficionados que piensan que, a igualdad de méritos, debe jugar un canterano. ¿Qué opina?

—Cada uno que opine lo que quiera, pero creo que todos merecemos las mismas oportunidades. Seas de la cantera o de fuera, tienes que venir y rendir. Si no rindes, seas de donde seas, no puedes estar en el primer equipo.

—El cariño de la afición sí que es mayor hacia ustedes.

—Siempre ha tenido muchas ganas la grada del Zaragoza de ver a gente joven, de la cantera, con ambición y con compromiso. Ahora, la dirección deportiva está contando más con los chicos de la Ciudad Deportiva y eso es importante. Nosotros notamos ese cariño de la afición, ese apoyo, aunque en mi caso cuando entro al campo me olvido de todo y me centro en el juego.

—¿Cómo lleva estos meses el trabajo con Natxo González?

—Bien. Está haciendo las cosas bien, con una idea clara de juego que nos está transmitiendo. Poco a poco el equipo va a más, haciendo las cosas mejor y el trabajo es muy bueno en el día a día. Todo eso te da confianza para dar el máximo y, además, el míster ha dejado claro que puede jugar cualquiera y que nadie puede relajarse. Por eso el equipo compite y rinde tan bien.

—¿Hasta qué punto es diferente el libreto de este entrenador?

—Es una idea diferente, pero nuestra obligación es seguir sus instrucciones. Al equipo se le ve en el campo que tiene las ideas claras. Son cosas distintas, automatismos diferentes, pero el equipo lo está haciendo bien.

—Por ejemplo, para los laterales sí les exige mucha proyección.

—Pero con el filial con Láinez también los laterales teníamos mucho peso tanto ofensivo como defensivo, porque a César le gusta jugar parecido, tener el balón y con laterales con profundidad en la banda. Así que no me ha costado mucho adaptarme.

—¿Cuál ha sido el entrenador más importante de su carrera o al que guarda con mayor cariño?

—He tenido muchos y muy buenos. Tengo cariño hacia todos, pero si me tengo que quedar con uno es con Quique Falcón, que me entrenó en cadetes y en los últimos partidos de División de Honor. Para mí es uno de los mejores, guardo gran recuerdo.

—¿Y su ídolo futbolístico, el jugador en el que se ha fijado?

—Siempre fue Puyol mi ídolo, por esa garra y esa casta de capitán que tenía. En el físico no nos parecemos, pero está claro que él ha sido una inspiración y me he fijado en la valentía, en sus ganas a la hora de jugar.

—¿Quién es su mejor amigo en el vestuario?

—Tengo muchos amigos, pero es cierto que los que hemos subido del filial, como Zalaya, Raí, Lasure, Guti, Ratón o Pombo, ya nos conocemos hace tiempo y hay más relación, pero no podría decir uno con el que más. Sí que es verdad que con Toquero me llevo muy bien, nos sentamos al lado en el vestuario, estamos todo el día hablando y me da consejos. En cada cosa que pasa, tanto en el campo, por nuestra ubicación en la banda, ya que juega por delante de mí, como fuera del césped, él me intenta ayudar.

—Cuando al principio de la temporada no llegaban los resultados, ¿hubo dudas?

—En ningún momento. El equipo siempre ha mostrado confianza y con esas sensaciones los resultados tenían que llegar. Ahora está siendo así, llevamos siete puntos de nueve y se trata de continuar con esa dinámica.

—¿Se habla del ascenso en el equipo, dentro del grupo?

—El principal objetivo del Zaragoza es el ascenso, volver a Primera. Sin embargo, como equipo nos planteamos metas a corto plazo, ir ganando partidos, sumar muchos puntos y a partir de ahí, a final de temporada, habrá que marcarse el objetivo de verdad, el definitivo.

—¿Qué supondría para usted subir a Primera?

—¿Qué puedo decir? No tengo palabras para eso. Esta es mi ciudad, el Zaragoza es mi club, el equipo de mi vida, soy zaragocista, he ido a La Romareda desde pequeño y lo he visto en Primera. Ese regreso a la élite, poder devolver al equipo al sitio que le corresponde, sería un sueño hecho realidad, lo más grande.

—¿Cuál es su primer recuerdo de alegría zaragocista?

—El 6-1 al Real Madrid en la Copa del Rey. Estaba aquel día en La Romareda, tengo fotos, el póster y el vídeo. Se trata de un partido inolvidable para todos los zaragocistas, sin duda.