—Empezaron mal en casa, pero llevan seis partidos sin perder. Santo Domingo ya es un fortín...

—Sí, comenzamos con dudas y pasamos una racha difícil con 5 derrotas seguidas entre casa y fuera, pero nos hemos asentado y encontramos un juego que nos viene bien, sobre todo en nuestro estadio. Queremos hacer daño al Zaragoza con nuestras armas.

—Ya le hicieron en la ida, donde ganaron en La Romareda. Se les tachó entonces de ser duros y de no venir a jugar, solo a parar al Zaragoza. ¿Está de acuerdo?

—A nosotros nos gusta jugar bien y ganar los partidos con muchos goles, pero en La Romareda nos medíamos a un equipo que juega bien por dentro, que ocupa los espacios interiores, con fútbol entre líneas y al que es difícil robarle la pelota. El plan era esperar nuestra ocasión, como la tuvimos, y se dio el partido así, pero no quiere decir que en Alcorcón sea igual. Nuestra idea el sábado es llevar la iniciativa y controlar el ritmo del encuentro. Lo que está claro es que el Alcorcón no es un equipo ni tarjetero ni duro, no hacemos muchas faltas.

—¿Qué le parece el Zaragoza?

—A mí me gusta como juega. Y Borja está dando un gran rendimiento. Ahora se le está criticando y a principio de la Liga parecía uno de los mejores delanteros de la categoría. Para mí lo es.

—Lleva dos goles marcados en 11 jornadas.

—Y al principio de Liga las metía todas... El fútbol son rachas. Además, estuvo lesionado en Navidad y estará cogiendo la forma. De todas formas, el Zaragoza no es solo un jugador. Hay otros jóvenes como Pombo o Febas que me gustan mucho. Les está faltando ser más contundentes como bloque, pero son un equipo a tener en cuenta y con un poco de fortuna estarían más arriba.

—¿Cree que el Zaragoza tiene equipo para subir?

—La Segunda es tan igualada… El Zaragoza, por historia y por club, tiene que aspirar a lo máximo, a subir. Nosotros somos más humildes, intentamos estar lo más arriba posible, pero es difícil.

—La clasificación dice que solo aventaja en un punto al Alcorcón. ¿Es, pues, un duelo directo?

—Sí, lo es. El Zaragoza es un rival directo nuestro. Así lo dice la tabla. A lo mejor las expectativas eran diferentes a principio de Liga, pero todos tenemos ilusiones en agosto. El campo es el que pone en su sitio a cada uno.

—Usted fue el guardameta del Betis durante siete años. ¿Esta portería o la del Zaragoza implican más presión que otras de clubs más pequeños?

—Sin duda. Tienes que estar acostumbrado y hasta implica que te guste un poco esa presión. No solo debes tener condiciones buenas, sino valer para ello. Y no es fácil convivir con la idea de que al mínimo error se te puede cuestionar. Pero Cristian Álvarez tiene nivel y calidad para eso.

—Fue titular con la UD Las Palmas en el partido de la 14-15 donde subieron y el Zaragoza se quedó a las puertas del ascenso. ¿Qué recuerdos tiene?

—Es el típico encuentro que no disfrutas, porque hay mucho que perder y mucho que ganar. Sí recuerdo la presión que había, un calor sofocante y un partido difícil que se nos puso de cara en la primera parte. Aún recuerdo el cabezazo de Dorca al larguero...

—Ahora son compañeros en el Alcorcón.

—Y la hemos comentado varias veces esa jugada. No subir fue un palo duro para ellos. Me pasé por el vestuario tras el encuentro y estaban destrozados. Ver cómo se te escapa algo tan importante en los últimos minutos es muy duro. El Zaragoza necesitaba y necesita subir a Primera

—Va camino de los 36 años. ¿Cuánto le queda a Casto?

—Espero que mucho tiempo. Me encuentro muy bien, en buen estado y con la misma ilusión que siempre. En el Alcorcón se está genial, me siento bien tratado y soy feliz, aunque nos gustaría luchar por un objetivo más ambicioso que la permanencia.

—Usted ha jugado casi 200 partidos en Segunda División y poco más de 50 en Primera, todos en el Betis...

—Pisé la élite lo que pude, porque fueron años difíciles en el Betis y además el Sevilla estaba en su mejor momento, con lo que eso implica. ¡Si tuve siete compañeros distintos en siete años! Aguantar ahí tanto tiempo ya tenía suficiente mérito de por sí. Pero el Betis es el club que más me ha marcado. Cuando van las cosas bien lo disfrutas muchísimo, pero, cuando van mal, es una situación más complicada, se hace todo mucho más duro y el ambiente en general es más difícil.