El Barcelona encarriló la eliminatoria de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Roma (4-1), un partido extraño que se decidió a trompicones con dos tantos en propia puerta del conjunto italiano, que en el Camp Nou no fue capaz de contrarrestar la pegada azulgrana. El equipo azulgrana se acercó a las semifinales de la máxima competición europea gracias a dos primero tantos de De Rossi (min. 38) y Manolas (min. 57), en propia puerta, que le allanaron un segundo tiempo descontrolado en el que se vieron cuatro tantos.

Avisó Ernesto Valverde en la previa que el principal peligro del Roma eran sus bandas. Quizá por ello sorprendió de inicio con la entrada del lateral Nelson Semedo y la ausencia del extremo francés Ousmane Dembélé. Un dibujo más parecido a un 4-4-2 con Sergi Roberto en la medular. La fórmula al preparador extremeño no le acabó de funcionar en el primer tiempo. Su equipo se pareció demasiado a la versión que mostró en el Sánchez Pizjuán, si bien los romanistas no generaron las ocasiones del Sevilla.

Imprecisos y sin fluidez en la circulación del balón, el Barcelona no encontró el ritmo, especialmente en la primera media hora. La presión defensiva de los pupilos de Di Francesco incomodó a Iniesta, Busquets y Messi. Este último, muy vigilado por un rapidísimo Kostas Manolas, tampoco acabó de mostrarse fino en los últimos metros.

El primer disparo entre los tres palos lo ejecutó Messi desde lejos, en una jugada aislada que demostraba los problemas que tenía el Barcelona en instalarse cerca del área visitante. El primer tiempo se le hizo largo al conjunto italiano. En los últimos quince minutos le costó salir con el balón controlado desde su área y el Barcelona empezó a sentirse más cómodo en los últimos metros. Así fue como llegó el primer tanto. Fue un reflejo fiel a los primeros 45 minutos. Messi e Iniesta se inventaron una pared en el eje central y, a trompicones, el balón llegó al área donde De Rossi, en su afán de evitar el disparo del argentino, rechazó el balón y despistó a Allison (1-0, min. 38).

Tras la reanudación se repitió el guión del primer tiempo. El Roma, ambicioso, buscó al Barcelona en su área, que seguía perdiendo balones con facilidad en los primeros minutos. Perotti tuvo el empate, pero no supo conectar con la testa el centro preciso de Florenzi al corazón del área. Respondió el Barcelona con otra ráfaga de transiciones. Alba sorprendió con un disparo lejano que Alisson rechazó sin convicción, mientras que Messi no consiguió sorprender al guardameta romanista.

Dos avisos que precedieron los dos tantos que dejaron al Roma sin respuesta. En el segundo, la mala suerte volvió a cebarse con el equipo italiano. Rakitic y Messi conectaron tras un saque de esquina, el croata percutió por la derecha y se inventó un centro que remató Umtiti. El balón tocó el poste y, en el rebote, Manolas transformó el segundo. El Roma no se achicó y buscó, con valentía, un tanto que le diera vida. Dejó espacios y el Barcelona lo aprovechó para anotar el tercero. Dzeko recortó distancias y Suárez rompió su sequía. Marcó un año después en Champions para sentenciar al Roma.