-¿Vive en Huesca?

-Sí, en el centro. Feliz, porque en Huesca se vive espectacular. El único matiz es que tengo un convento al lado que hace tañer las campanas a las 7.30 cada mañana y nos hace levantarnos de una forma espartana.

-¿Le reconocen por la calle?

-Poco, pero sí que esta temporada algo más. Ha habido situaciones curiosas, porque no sólo te conoce gente joven, que sería lo típico. Vas a la farmacia y la dueña te dice ‘a ver si empezamos ya a remontar’. Pero tampoco mucho. La gente es respetuosa.

-¿Cuál es el mensaje que más le repite la gente?

-Recuerdo un momento la temporada pasada, en una fase de bajón, que hubo un aficionado que me espero a la salida de un partido en El Alcoraz para decirme ‘lo que habéis hecho hasta el momento nos ha hecho felices, pase lo que pase, lo seguiremos siendo’. En ese momento le dije que lo conseguiríamos. Ahora solo recibo ánimos, que no tiremos la toalla y que lo vamos a conseguir. Reproches, ninguno.

-¿Cómo vive un director deportivo ser colista?

-Yo siempre les digo a mis amigos que soy el que más presión me meto. Soy mi mayor crítico. Y esto es a veces más duro que la presión externa. Tengo esa responsabilidad, pero también tranquilidad, porque conozco la Primera División y sé cómo son las segundas vueltas, porque lo he vivido en el Elche o en el Betis. Sí te preocupas por la gente, porque quieres que disfrute, que no se vengan abajo, porque nosotros dependemos de ellos. En el día a día sólo nos queda el trabajo para revertir esta situación.

-¿El mensaje de temporada histórica no ha hecho que se pierda cierta ambición porque ya vale sólo con estar?

-Al igual que la euforia no suele entrar en el vestuario, cuando las cosas no van bien, tampoco entran esas sensaciones, y menos que se piense que es una temporada bonita, sólo para disfrutar. Los jugadores están muy responsabilizados, los que estaban y los que han llegado. Se dice que los jugadores cedidos están menos involucrados y el año pasado ese tópico ya se vino abajo, porque hasta ellos terminaron llorando de emoción. Los jugadores no piensan que sea un año histórico que haya que disfrutar. Ellos quieren disfrutar, pero ganando y revirtiendo la situación actual.

-Quizá por esa sensación… ¿No nota El Alcoraz demasiado frío, que se presiona poco al rival?

-Va un poco con el carácter y la filosofía de cada lugar. La gente necesita el impulso de esos resultados, de esas situaciones positivas para arrancar. No hay ningún reproche. Cada afición, cada ciudad es de una manera y la nuestra, sinceramente, creo que esta temporada sabe que su apoyo es máximo y lo tenemos.

-Pero para usted, ¿esta campaña debe ser un impulso para consolidarse en Primera o sólo una fase más en el club?

-Más allá de la categoría en la que trabaje siempre pienso en lograr los objetivos, en la permanencia, porque se puede conseguir, aunque sea difícil. Evidentemente, a cualquier persona del fútbol le preguntas a principio de temporada qué equipos pueden descender y miras la historia, el presupuesto… y estamos ahí. No es que esa tenga que ser la situación lógica, pero sabíamos que no nos íbamos a pasar, que íbamos a sufrir. Pero estoy convencido de que igual nos salvamos en la última jornada, pero sí que nos vamos a mantener en Primera.

-Más allá del desenlace, ¿qué importancia va a tener esta temporada para el club?

-Muchísima. Primero en conocimiento del Huesca a nivel internacional. Evidentemente la mejor publicidad en el mundo es el fútbol. Se conoce mejor al presidente del Madrid o del Barcelona que al presidente de muchos gobiernos. Más allá de eso están los ingresos que te aporta estar en Primera y cómo los está invirtiendo el club: cómo ha quedado precioso El Alcoraz o en mejorar las instalaciones de entrenamiento. Eso va a quedar. Porque los clubs crecen a raíz de sus instalaciones. Si se bajara a Segunda se perderían muchas cosas, pero quedarían otras palpables.

-¿Cuál es el límite que el Huesca no va a pasar por permanecer en Primera?

-Los responsables de la entidad, desde su llegada, han demostrado que en el aspecto económico no van a tomar medidas de las que luego se vayan a arrepentir o que se salgan del contexto del Huesca. No va a haber ninguna situación de arriesgar el futuro, de gastarte lo que no tienes, hipotecar el club como ha pasado en otros sitios y ahora están sufriendo. Se va a hacer todo lo posible para conseguir la permanencia, pero sin locuras. En diciembre nos sentaremos a planificar lo que se pueda hacer, pero dentro de la coherencia y la sensatez.

-¿Cuántos agentes le llaman a lo largo del día?

-En este periodo de apertura de mercado te llaman siete u ocho ofreciéndote jugadores. Más correos o mensajes al móvil. Es una locura. Además, somos ocho personas viendo fútbol todos los días: en diferido entre semana y presencialmente los fines de semana. Más de veinte encuentros cada semana.

-¿Tiene cerrado el Huesca algún fichaje para enero?

-No. Ni apalabrado ni firmado. Tenemos situaciones que creemos que nos pueden ayudar, sobre todo en la posición de lateral izquierdo, que es de la que puedo hablar con claridad porque se ha producido la lesión de Luisinho.

-Esta no es la plantilla de Francisco. ¿Cuántos jugadores podrían venir?

-Con Francisco hablamos todos los días. Ahora estamos valorando todo. Ni conviene que diga ahora cuántos jugadores vamos a fichar ni en qué posiciones. Los jugadores deben están centrados en los partidos y no en escuchar quién puede llegar. Cuando llegue el parón todo se decidirá.

-La falta de gol es evidente. Los delanteros no marcan desde la tercera jornada. Un punta de garantías debería llegar.

-Ahora mismo lo que tenemos claro es que evidentemente tenemos una plantilla a la que tenemos que apoyar. Es obvio que los delanteros se enjuician por los goles, pero en una plantilla esa labor va más allá de ellos. Cuando llegue el momento de poder incorporar analizaremos todo, pero es claro que nosotros somos los primeros en saber qué es lo que podemos necesitar.

-En verano no se pudo cerrar ni a Ghoddos ni a Álvaro y eso dejó la sensación de que esa posición andaba coja.

-Sinceramente de los que pudieran haber venido y no vinieron no le doy muchas vueltas, porque también hay alguna situación que teníamos clara que se podría dar y no salió a la luz pública, y ahora en sus equipos no están teniendo buen rendimiento. Pensar en lo que podría haber pasado si vienen Álvaro o Ghoddos tampoco garantiza que hubieran dado un buen rendimiento. No creo yo que dos jugadores cambien la dinámica para que todo hubiera sido mucho más diferente.

-¿Los cuatro puntos de las primeras jornadas paralizaron alguna operación al pensar que ya era suficiente?

-No. Siempre digo lo mismo. Es un error que en LaLiga empiece la competición y aún haya tiempo para fichar, porque puede provocar esa sensación. Los dos chicos que no vinieron eran complementos. El grueso de la plantilla ya estaba fichado. Esas dos primeras jornadas nos hicieron pensar que íbamos bien encaminados, pero, fríamente, el equipo ha competido en todos los partidos menos en la segunda parte del Barcelona y en el Wanda. En casa ha habido varios encuentros que hemos merecido la victoria o como mínimo el empate. El equipo demuestra la capacidad que tiene, pero en Primera las sensaciones y las impresiones no valen si no puntúas.

-¿Por qué se ficha a un mediocentro como Rivera y no alguien con más gol con la plaza que dejó libre Luisinho?

-Ahí fue de la mano del entrenador. Analizamos todo. La lesión de Melero y el buen rendimiento de Akapo, que a pie cambiado lo está haciendo bastante bien. Viendo que las opciones que nos gustaban en el lateral izquierdo no eran viables, se decidió fichar a Cristian, que creemos que nos puede ayudar cuando recupere el tono físico.

-Cucho es uno de los delanteros que más chuta y que menos marca. Se le nota ansioso, tanto que hasta se encaró con Francisco tras su cambio.

-El problema y la virtud de Cucho es que es un animal competitivo, que quiere ganar siempre y que si en algún momento se le ve más nervioso o tensionado es por el afán de ganar y de sacar al Huesca de esta situación. El Cucho en verano tenía ofertas de más dinero e historia que el Huesca, pero no las quiso mirar. Su renovación fue justo tras el último partido en Oviedo. Con el entrenador solventó esa situación en 30 segundos. Francisco ha sido jugador y entiende esas situaciones. Aunque hablo con ellos constantemente no he tenido que intervenir. Con un entrenador como Francisco los conflictos son muy fáciles de solucionar porque tiene un trato y llegada al jugador increíble.

-El fichaje más arriesgado del verano fue el de Semedo. ¿Está contento con su apuesta?

-A nivel de entrenamiento, no hay ninguna queja. Su comportamiento es ejemplar. En los partidos, como el resto, está teniendo altibajos. Todos los jugadores tienen mucho más que dar y Semedo, seguramente, más. Hace dos temporadas le costó 15 millones al Villarreal. Cuando hace las cosas fáciles es un jugador de equipo grande. Cuando pierde la concentración, tiene más problemas.

-¿Qué pensó cuando vio su ‘escapada’ por la noche sevillana? ¿Hubo sanción?

-A él se le mira con lupa. Es evidente y es consciente. Y ese día se equivocó. Las dos cosas son malas y él debe asumir las dos. Por parte del club hay un código interno, que no vamos a desvelar, pero de la mano del entrenador se ha actuado como se debía actuar. Pidió disculpas a sus compañeros y a la entidad.

-Gürler costó tres millones, pero su aportación no está justificando haber sido el fichaje más caro de la historia del Huesca.

-En el fútbol todos tenemos muchas prisas. Es un jugador que procede de Turquía, que no conoce la lengua, que no domina el idioma, ni tampoco el inglés… Creo que ya va entendiendo y conociendo a sus compañeros. Estamos en noviembre. Al final de temporada veremos si ha sido un fichaje acertado o no.

-Destituir a un entrenador nunca es una buena noticia. ¿Se equivocó el club apostando por Leo Franco?

-¿Un error? Se dice que la falta de experiencia… Hay entrenadores con mucha experiencia que también son cesados. No ha salido bien porque en el fútbol los resultados mandan y como se suele decir es más fácil echarle a él que a los jugadores. Decir a toro pasado que fue un error sería sencillo, no sé… Sí es verdad que los resultados mandan.

-¿Y dónde estuvo el fallo? Con lo bien que se empezó.

-Le he dado muchas vueltas, pero cuantas más vueltas le des casi es peor. El partido de Barcelona el resultado nos hizo más daño de lo que debería. Empezaron las dudas y además perdimos los dos primeros partidos en casa, ante el Rayo y la Real, que creo que al menos deberíamos haber empatado. Desde la llegada de Francisco el equipo quizá tiene una filosofía más clara que tiene que traducirse en resultados, pero en cuanto a juego y sensaciones creo que son para ser optimista.

-¿Qué ha cambiado con Francisco? Desde fuera se aprecia otro aire competitivo.

-El equipo tácticamente tiene las ideas claras. Somos un equipo que sabe tener el balón, pero también busca la verticalidad. A nivel defensivo se están corrigiendo los errores y se están consiguiendo, como el día del Getafe, secuencias que antes no pasaban. Antes hacíamos una primera parte floja y luego reaccionábamos, pero ante el Getafe hicimos un partido más completo para irnos con un 2-0, pero esto es Primera, y si tienes un despiste... Francisco ha conseguido que durante muchos minutos se dé un nivel que tiene que ser el que nos haga ganar muchos partidos.

-En la grada se dice que con él desde el primer día esto no hubiera pasado.

-A mí no me gusta jugar a las hipótesis. Estamos felices con Francisco ahora. Con él tengo un feeling especial. Teníamos claro que queríamos que viniera. Incluso no se habló con más entrenadores. Y aquí está. Está claro que el fútbol no es por sensaciones, pero teniéndolas, con buen juego e ideas claras habrá resultados.

-Pero se sigue sin ganar. ¿Cuánto puede aguantar un técnico en el cargo sólo con buenas sensaciones?

-Esa pregunta es muy complicada. Ni me la planteo. Tiene confianza plena.

-Si se hubiera conseguido mantener a Rubi…

-La marcha de Rubi afecta desde el punto que es, sin duda, uno de los mejores entrenadores que hay en España y su nivel de exigencia le hace ser top. Afecta porque tenía una filosofía implantada, pero tampoco nunca sabes cómo hubiera sido el Huesca de Rubi en Primera.

-¿Cuál es su receta para la salvación?

-No te puedes poner objetivos a largo plazo. Solo hay que pensar en el Levante. Hablando con el Alavés, ellos estaban peor hace un año que ahora nosotros. Abelardo nos decía que hay que mantener la confianza, trabajar, porque no se nos ve muertos, no somos ese equipo que está abajo y solo transmite problemas internos. El equipo y el club están unidos, hay una idea de juego que se está consolidando. La fórmula mágica es ganar al Levante. Pasé una situación parecida como secretario técnico en el Elche, donde llegamos como colistas a diciembre y nos salvamos a falta de cuatro jornadas. Las segundas vueltas son muy distintas a las primeras. Estoy convencido como cuando el año pasado salimos de una racha de nueve partidos sin ganar. Entonces decían que nos íbamos a caer y ahora que no vamos a descender.

-¿Cuál es la Liga más exótica en la que se ha visto pescando un jugador?

-Esta semana tuve una reunión con un agente. Me habló de varios futbolistas conocidos, pero luego de otro que es de un país menor que no lo conoce nadie y me ha dicho que lo vea. Tiene 18 años. Me gustan estas situaciones. Ver al Cucho en Pereira hace tres o cuatro años antes de que no lo viera nadie y ver en lo que se ha convertido, es lo que me encanta, descubrir jugadores. Además, es lo que tiene que hacer el Huesca. Tenemos que ir allí, porque no podemos competir por pagar como otros equipos.

-¿Cómo hacen el seguimiento?

-Tenemos herramientas de seguimiento avanzado.… pero si es verdad que tengo un adjunto, que es mi hijo, que juega a la consola y me chiva algún jugador (ríe).

-¿Utiliza a Petón de consejero?

-Es una relación constante. Petón está superpendiente del club. A nivel futbolístico es un apoyo vital, también al nivel de conocer jugadores o de poder contactar con ellos para concretar operaciones, algo que facilita la trayectoria que tiene.

-Usted es de Bembibre (León), ¿cómo se siente en Huesca?

-Hay mucha gente de Bembibre viviendo en Huesca. Es un carácter parecido. Honesta, trabajadora, muy educada y yo estoy feliz. He estado muchos años en Andalucía, es mi segunda casa, mi mujer es andaluza, pero a mí me encanta la gente del norte.