Adel Mechaal, uno de los cracks del renaciente atletismo español, fue uno de los que llenó los titulares tras unos magníficos Campeonatos de España. Pero en el caso de Mechaal las noticias no fueron muy positivas. Iba como casi siempre con todas las ambiciones del mundo a Getafe doblando en los 5.000 y los 1.500 lisos y al final se fue sin ningún título que llevarse a la boca. En el 5.000 sucumbió ante la táctica del team Mareca y ayer no pudo responder al último cambio de un semidesconocido Jesús Gómez, que le ganó con suficiencia en el milqui.

Pocos en el atletismo español entienden cómo apostó tan fuerte sin estar en gran forma tras salir de una lesión y después de haber corrido el jueves en ritmo de mínima Europea en Dublín. Getafe fue una buena lección de humildad para el pupilo de Antonio Serrano. Aunque ahora tiene otro reto en Berlín. Quiere estar en el podio en los 5.000 y 10.000 de los Campeonatos de Europa.

Toni Abadía lo tenía claro y quería aprovechar la oportunidad de dar un toque de atención al soberbio Mechaal. El corredor del Nike estaba en forma y se encontraba los últimos días muy rápido. Y, como dijo Juan Carlos Higuero, un grande del mediofondo español, en la retransmisión de Teledeporte, Raúl Celada, Chiqui Pérez y Toni Abadía le hicieron una encerrona al atleta catalán. «Cuando nos enteramos de que había hecho la mínima del 5.000 en Dublín decidimos ir a ritmos rápidos para cansarle. Adel contaba con ello y nosotros jugamos nuestra baza de esa encerrona, que era salir a desgastarle. En el antidoping Mechaal me dijo que sabía que era nuestra baza y la jugamos bien evidentemente», explica Toni Abadía.

En la prueba se reflejaron las relaciones nada fluidas entre los atletas de José Luis Mareca y la estrella catalana. «Con 28 años él tiene que ser consciente de si es humilde o no es humilde. No soy ni su compañero de entrenamiento ni su entrenador para meterme en eso. A veces hacer declaraciones más subidas de tono en las redes sociales le puede lastrar y se tiene que centrar en lo meramente deportivo porque es un gran atleta. Esto lo agradecerá la cantera y repercutirá en un mayor cariño del público».

Mejor no doblar pruebas

El zaragozano prefiere centrarse en una prueba que desplegarse en numerosos retos atléticos como Mechaal. «Yo no lo haría porque me sabe malo por compañeros de entrenamiento. Pero él está en su derecho y la norma le permite doblar. Pero a mí me da rabia que pueda dejar a algún otro atleta en alguna otra prueba. Pero si se puede llevar dos metales en el Europeo, me alegro por él», indica el mediofondista.

Tras el segundo puesto de Mechaal, este retó a Abadía en la próxima prueba, que será el 5.000 del Europeo de Berlín. «Ahora tenemos que hablar mucho Adel, Chiqui y yo en Berlín. No tenemos rencillas, ni le hacemos el vacío. Mechaal es ganador, como yo y tenemos que llegar en nuestra mejor versión. Espero estar en esa batalla. El mejor es el noruego Ingebrigtsen con 13.16. Yo tengo 13.24 y no es una diferencia abismal. No me asusta y puedo estar en esas marcas. Mi objetivo es la medalla y con el rabillo del ojo es el oro. Ya tengo una medalla en Amsterdam», asevera convencido Toni Abadía.

En Getafe, el aragonés logró uno de los más brillantes triunfos en su carrera deportiva. «Cuatro años después de ser campeón de España en Alcobendas recuperé el título ante un atleta de talla internacional como Mechaal. Chiqui Pérez impuso un ritmo muy exigente. Colaboré tirando un mil para que no fuera cómodo Mechaal y se limpió mucho la carrera. Y el público lo agradeció», dice Abadía, que reconoce que a falta de tres vueltas «me entraron dudas. Pasé momentos críticos, pero fue gratificante llegar a los 400 últimos metros con opciones de ganar. Aunque buscar una marca me sigue causando cierto estrés», sentencia.

Su recta final codo con codo con Mechaal fue memorable. «Sabía que la carrera se decidiría en la recta final. Cambié fuerte, me abrió una puerta por el interior y la supe aprovechar. Mechaal no me cerró y fue un triunfo muy bonito. Me pude vengar tras llevarse Mechaal tantas veces el gato al agua», finaliza el atleta olímpico en Río de Janeiro.