El Barça de baloncesto iniciará su andadura en la pretemporada el próximo jueves 23. A una semana del inicio del nuevo curso sigue sin definir el futuro de Juan Carlos Navarro. El club ha cerrado la plantilla para la nueva temporada con otra revolución a gran: la llegada de seis caras nuevas (Blazic, Kuric, Singleton, Pustovyi, Pangos, y el regreso del cedido Roland Smits), y la marcha de nueve jugadores (Pressey, Sanders, Koponen, Moerman, Vezenkov, Marc García, Kurucs, Reynolds y Jackson). Pero mantiene un inexplicable silencio en torno al capitán azulgrana, de 38 años, cuya continuidad trasciende a aspectos deportivos, para convertirse en una cuestión de club, tratándose del máximo referente de la sección en toda su historia, después de 20 temporadas y más de 1.000 encuentros disputados como azulgrana.

La decisión ya no está en manos del técnico Svetislav Pesic, que una vez concluido el último campeonato de Liga le dejó claro al jugador que no entra en sus planes, ni tampoco de los responsables de la sección, Nacho Rodríguez y Albert Soler, que dieron su propio informe a la junta. Depende del directivo Joan Bladé y, sobre todo, del presidente Josep Maria Bartomeu, con quien el jugador mantuvo una reunión para aclarar el rol que desempeñará Navarro esta temporada.

El jugador de Sant Feliu de Llobregat dejó claro al acabar el pasado junio, tras la eliminación en el playoff de semifinales ante el Baskonia, su deseo de continuar, al menos una temporada más. «Quiero seguir, no me gustaría irme así, con este mal sabor de boca, aún puedo ser útil».

Desde entonces parece que la posición del jugador se ha modificado bastante, como admitió él mismo en el campus de Nike en Andorra: «Continuaré en el club, eso es seguro. Firmé un contrato largo y buscaremos de qué forma puedo ser útil en el Barcelona. Las opciones son jugar o no jugar. No se ha decidido».

Navarro renovó su contrato el 2017 por 10 temporadas más, al estilo de los contratos vitalicios que el club ofreció a Iniesta y Xavi, dos de los grandes referentes del fútbol. El objetivo era, por un lado, premiar su trayectoria. Y, por otro, asegurar su continuidad, una vez decidiera colgar las botas. En ningún momento se definió una fecha de salida, que se pactó que sería de común acuerdo como reconocimiento a la carrera del jugador.

Entre las alternativas que se le han planteado a Navarro está las de convertirse en un enlace entre la directiva y el vestuario y la de trabajar en la secretaria técnica, al lado de Nacho Rodríguez, una opción que toma cuerpo. Sea cual sea la decisión, el club tiene claro que Navarro merece despedirse a lo grande y recibir un homenaje a la altura de un jugador que acumula un palmarés de ensueño con dos Euroligas, ocho títulos de Liga, siete Copas del Rey, cinco Supercopas y una Korac.