A la sombra del macizo de la Tendeñera y muy cerca de picos legendarios como Los Infiernos, el Garmo Negro o las Argualas se encuentra la encantadora localidad de Panticosa. El núcleo tensino es un gran paraíso del senderismo y el montañismo en el verano. En el invierno su gran riqueza es la nieve. Fue en el año 1972 cuando se creó la estación de esquí de Panticosa. Por aquel entonces ya existían las instalaciones de Formigal y Candanchú.

La pujanza de la creación de esta estación fue el impulso definitivo para que naciera el Panticosa Esquí Club, creado como la estación en 1972. Su primer presidente fue Luis Guillén. «Al nacer la estación se generó la inquietud de fomentar el deporte de base y ha tenido una trayectoria hasta hoy», explica Abelardo Belío, el actual presidente.

Ahora el club está consolidado. Cuenta con 300 socios y practican el esquí 140 escolares. «Recuerdo que hace 45 años teníamos 20 niños del pueblo y alguno de Zaragoza esquiando. Organizamos un Campeonato de España infantil y por eso se creó la entidad», dice Belío, que ya es un veterano en el club. «Llevo 22 años en la junta directiva y soy socio desde la creación. Siempre he sido técnico deportivo y llevo cinco años como presidente», afirma.

La labor organizativa de competiciones es muy importante en el club. El pasado 29 de enero organizaron el Trofeo Sergio Belío Comarca del Alto Gállego y el pasado fin de semana la XIV edición del Trofeo Panticosa para niños desde los 13 a los 16 años. «La estación de Aramón Panticosa nos facilitó tener cerrada la pista del Stadium Mandilar. Esta prueba forma parte del circuito de la Copa Aragón. Compitieron 180 niños y vinieron de toda España», explica.

Los entrenamientos para los escolares comenzaron el pasado 2 de diciembre. «Desde los 5 años comienzan a esquiar, aunque antes los van iniciando sus padres. No se les exige gran nivel de esquí en los primeros años y los entrenamientos son a base de juegos y mucha diversión. El objetivo es que mejoren su técnica y que en el futuro sean corredores del club». Es a partir de los 8 años cuando empiezan a participar en competiciones. «Son pruebas que les motivan con el apoyo de sus padres. De esta manera conocen este mundo en unas carreras muy agradables. Además tienen unas relaciones muy majas fomentando la convivencia con corredores de otros clubs», indica.

La temporada de esquí acaba poco antes de la Semana Santa. «Se realiza una competición entre amigos. Después se reparten trofeos en la estación o en un local cerrado, según como está la climatología. Se hacen unas magníficas relaciones y los padres se conocen por los niños y traban amistad». El club aumenta el número de socios (se acerca al final del año a los 400) gracias a la creación de otras secciones como el ciclismo o el montañismo. El gran sueño de la entidad es organizar una prueba FIS. Dentro de la localidad hay 40 niños que practican el esquí y 18 están en la competición. También los hay de Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Madrid, Zaragoza, Huesca, Sabiñánigo, Barcelona o Biescas. «Las puntas de lanza son Marco Rando, Juan Laplaza y Ander González, que están en el Centro de Tecnificación», concluye Belío.