Primero lo dijo en la rueda de prensa y después se lo transmitió a los jugadores en una charla previa al entrenamiento. Andreu Casadevall recordó que los partidos se ganan en defensa y pidió a su equipo que se pusiera el mono de trabajo para mejorar en esa faceta y no seguir recibiendo cien puntos como en los últimos tres partidos. Más en duelos clave como los que tiene que afrontar ahora el equipo aragonés. «Si no nos concienciamos de que cada partido es una final, que hemos de salir a luchar y morir en la pista, volver a la actividad que teníamos, nos costará ganar partidos. No se pueden ganar partidos solo en situaciones ofensivas, los partidos se ganan atrás, en base a conseguir situaciones fáciles de contraataque, una mayor tranquilidad para poder jugar los sistemas», señaló el técnico.

Casadevall pidió, además, trabajo constante. «Entiendo que tenemos gente lesionada y que hay momentos que nos meten canastas fáciles. A todos los equipos les meten canastas fáciles pero es una cuestión de confianza y de constancia. Me meten una canasta fácil pero no bajo los brazos, no dejo de hacer lo que estoy haciendo, que es lo que nos estaba dando buenos resultados hasta el mes de diciembre, ahora nos está costando más».

El técnico espera un partido duro mañana. Una guerra. «Después de las declaraciones de su entrenador van a salir con el puñal entre los dientes. Son un equipo que habitualmente salen a por todas. Juegan al límite de las 24 faltas, van muy duro en su campo, a complicar las líneas de pase, a darlo absolutamente todo y a pesar de que contra el Tenerife perdieran abultadamente tuvieron minutos en los que intentaron estar muy físicos. Nos vamos a encontrar con que vamos a una guerra y si esa guerra no la igualamos pues no podremos competir». Para eso quiere que su equipo pelee y trabaje durante los cuarenta minutos, para tener opciones de éxito y respirar en la clasificación.