José Luis Mareca ha esta vinculado toda su vida al atletismo desde que empezó a correr de crío en el colegio Moncayo. Este zaragozano de 56 años, antiguo plusmarquista aragonés de maratón con 2.20.26 en Nueva York, alternó desde los 17 años la competición con las labores como técnico. Su primer atleta destacado fue Manolo Revuelto. Después vino Chus Zorraquín, su esposa, que en el 2001 fue la primera aragonesa en ganar el Nacional de maratón.

Pero la llegada de Toni Abadía hace ocho años supuso un giro de tuerca para el entrenador. Gracias a la sabiduría del técnico y el magnetismo del mediofondista el grupo fue creciendo de forma constante. Primero fue Pablo Arrúe. Después llegaron desde el Zurita David Gracia, Antolina Díaz y Noelia Bernad. A continuación se apuntaron a los consejos de Mareca los ultrafondistas José Antonio Muro y Rodrigo Gallego. La argentina Susana Arrúa y Juan Carlos Dutrey llegaron casi al mismo tiempo. Hace dos años se integraron tres corredores de calidad. Eran Carlos Mayo, Jaime Escriche y Alma Antoñanzas. Los últimos fichajes han sido los de la barcelonesa Marisa Casanueva y el alcañizano Mikel García.

Ahora Mareca entrena a 35 atletas. En pocos años se ha convertido en el grupo de moda de Aragón en el fondo y medio fondo. "No me gusta ese adjetivo. Se ha hecho a base de trabajo por parte de los atletas y del entrenador. Nada más. Me gusta tener un trato muy humano con los atletas. Disfruto igual con los triunfos de Toni que con que un atleta humilde tire para adelante", explica Mareca.

Este pequeño técnico con aires de profesor despistado no podría vivir sin el atletismo. Pese a tantos años pisando las pistas, Mareca confiesa no mostrarse cansado del deporte. "No me cansa el atletismo porque es mi pasión. De todo el grupo posiblemente sea el único que va a la pista diariamente", dice.

Libro de estilo

Mareca va a su aire y tiene su libro de estilo propio. "Mi maestro es el vigués Alfonso Ortega. Soy un buenazas y no me gusta meter caña. Me encantan los rodajes, la condición física, los fartleks y variar las series todas las semanas. No quiero que los atletas se aburran entrenando". Mira desde la distancia a los técnicos aragoneses de fondo. "No opino de ellos. Cada uno que haga lo que quiera", dice.

A principios del invierno pasado dio un aldabonazo cuando de los cinco aragoneses que fueron al Europeo de cross, tres pertenecían a la cuadra. Eran Toni Abadía, Jaime Escriche y Carlos Mayo. "Es altruista y confíamos en su método. Se autocalifica de blando. Yo lo califico de exigente para la élite. No se cree que sea el mejor en todo y le gusta renovar, reciclarse y documentarse", explica Toni Abadía, que cree que tiene un punto débil. "Es anárquico y no le gusta que nadie le eche una mano", indica.

Susana Arrúa tiene 32 años y lleva tres con Mareca. La argentina ha mejorado con el zaragozano. "Pepe es muy buena persona. Primero me pregunta si estoy bien y después hablamos del entreno. Se esmera con todos. No mete caña, he tenido otros entrenadores más duros", apunta la corredora.